EL PATIO DE MI CASA, SIN OTRO PARTICULAR

Vicente M. Pérez Guerrero (11/03/2011)


 

 

En la obra gráfica de Wenceslao Robles (Alcalá de Guadaíra, Sevilla, 1976) se adivina la belleza tras lo siniestro, siendo esto, en palabras del filósofo catalán Eugenio Trías, la condición y límite de aquella, y entendiéndola en la representación de la herrumbre de los espacios paleo-industriales a lo que nos tiene acostumbrados el artista alcalareño, de los objetos cotidianos de existencia ignorada, de un contador de la luz obsoleto, por ejemplo, o acaso, de un reloj de estación parado.

En esta ocasión, no se trata de advertir tras la impresión de la plancha del grabado o en la intención del lienzo esa cara oculta o sombría de la realidad industrial o doméstica, ahora es el protagonista. Hoy, Wenceslao Robles, metido a escultor, nos muestra algo que, al parecer, Homero ya sabía: “El hierro por sí solo atrae al hombre”.

Me cuenta de sus visitas a las chatarrerías en busca de materiales, herrajes, tubos, grifos, alambres... y otros cachivaches, con los que pergeñar los ingenios, los tiestos y las macetas que componen El Patio de Mi Casa, Sin Otro Particular y no puedo evitar imaginármelo embelesarse largamente contemplando el espectáculo chatarrero.

 

 

La experiencia de visitar una chatarrería, más allá de la solución barata a una necesidad práctica, supone un intenso y vicioso placer para el que sueña, a partir de los ecos que aún quedan en las cosas desechadas, con las experiencias vividas por otros. Una forma de vagar por lo descartado, de hacer memoria, que se confunde con el despertar de una conciencia que rescata el pasado ignorado de los objetos vencidos, de modo que estos cementerios domésticos dejan de ser un depósito inerte de experiencias y hechos y se convierten, gracias a su nuevo uso, en un objeto de confrontación con el presente.

En general, podría decirse que los artistas siempre han sentido inclinación por el reciclaje, todos a nivel estilístico, y algunos también por necesidad de economizar en el taller. Sin embargo, a lo largo del siglo XX, el desecho, la chatarra, lo descartado se incorpora directamente a la obra de arte e incluso para algunos, Marcel Duchamp mediante, basta con descontextualizar y/o recontextualizar al objeto para definirlo como tal. A lo cual, sin duda, ha coadyuvado el que el siglo XX haya sido el más generador de basuras de la historia.

Este proyecto escultórico de Robles si, en principio, se propone, sin más, como una operación de rescate de objetos vencidos con una intención meramente estética, nos predispone, tal vez sin querer, a la búsqueda de modelos sociales alternativos a la cultura de usar y tirar, como una forma, si se quiere, de despertar nuestros olvidos.

 

Exposición El Patio de Mi Casa, Sin Otro Particular hasta el 5 de Abril de 2011
en la Galería Nuevoarte de Sevilla (Calle San Vicente, nº 32) Horario: de lunes a viernes,
de 17:30 a 21:00 horas; los sábados, de 11:00 a 14:00 horas; los domingos, cerrado.

 

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