LA HUELLA DEL CERAMISTA JOSÉ RECIO EN LA NUEVA OBRA DE PEPI MAYA PARA SEVILLA

01/10/2025


 

 

En 1909 el ceramista y pintor José Recio del Rivero diseña un manto de salida para la Hermandad de la Esperanza de Triana, cuya ejecución correría a cargo de Juan Manuel Rodríguez Ojeda con unas medidas de 580 x 490 cm. La decoración que luce el manto recuerda a la aplicada a la cerámica trianera, uniendo motivos vegetales, cuernos de la abundancia, grifones y delfines, de ahí que fuera conocido popularmente como "el manto de los dragones". El hecho de que la cerámica fuese una de las principales actividades gremiales de Triana en el pasado y que la Hermandad la fundaran en 1418 gentes de este gremio, convierten este manto en todo un santo y seña, lo que provocará que el resto de las piezas que adornen a la popular dolorosa se realicen en este estilo -caso del manto bordado entre 1945 y 1948 por el taller de Esperanza Elena Caro, también bajo diseño de Recio-, constituyendo así una de las más originales aportaciones de esta Hermandad al mundo artístico cofrade, creando un estilo personal que es el que ha conservado hasta la fecha. En la actualidad el manto de 1909 es propiedad de la Virgen de la Paz, patrona de Ronda.

La génesis del diseño de Recio en el manto de 1909 tiene que ver con la llegada a la hermandad de la Esperanza de dos hermanos mayores, industriales del mundo de la cerámica, que se irán turnando en el cargo: Manuel Rodríguez Alonso y Tadeo Soler Navarro, fundadores de la fábrica de Mensaque, Rodríguez y Cía, que tomó por nombre el de Nuestra Señora de la Esperanza y que ocupaba una enorme extensión de la calle Evangelista. Nada más jurar su cargo, Rodríguez Alonso llama a Recio, director artístico de la fábrica troncal de Mensaque y Vera, para que lleve a cabo el diseño de un manto que sea santo y seña de la devoción de esta antigua collación a su Virgen de la Esperanza y que exprese la identidad del barrio y de la propia Hermandad, que había sido la de los ceramistas y los mareantes, de ahí su inspiración en los diseños renacentistas de la cerámica trianera, principal actividad del viejo arrabal desde finales del siglo XIX. El éxito del manto consagra a Recio, convirtiéndose en el consultor artístico de la Hermandad hasta su fallecimiento a mediados de los 50. Durante cinco décadas Recio diseñará numerosas piezas de gran personalidad y calidad que configuran la identidad artística de la famosa corporación de penitencia, con un estilo único y perfectamente reconocible, donde la cerámica y la forja renacentista son el principal motivo de sus enseres. 

 

 
 

 

El pasado 28 de septiembre la Hermandad presentó el estreno de un nuevo manto cuya ejecución ha corrido a cargo del taller de Pepi Maya, discípula de Esperanza Elena Caro, que ha sabido mantener las enseñanzas de su maestra, manteniendo las técnicas tradicionales del bordado en oro sevillano, destacando la pulcritud de sus acabados y el clacisismo y la armonía en la distribución de los puntos. Esta nueva pieza se inspira en el manto diseñado por Recio en 1909. Su diseño, retomando el dibujo del "manto de los dragones", se le encarga a Javier Sánchez de los Reyes, dando como resultado una pieza que recrea la personalidad única de aquella prenda.

Partiendo de la citada inspiración, la nueva obra mantiene el estilo de Recio, con amplitud en el movimiento y en la escala de sus motivos vegetales, pero aporta un dibujo original y renovado. En el centro se sitúa una cartela coronada con el áncora y el salvavidas entrecruzados, emblema de la Hermandad desde comienzos del siglo XX, con la palabra ESPERANZA en su parte central. En torno a ella se desarrolla un rico repertorio ornamental inspirado en la cerámica trianera de Recio, documentado en diversas piezas conservadas del autor, como el zócalo de una casa señorial en la calle Águilas firmado en 1912. Destacan los tallos dobles unidos por travesaños, a modo de "escaleritas", característicos de la producción de Recio, así como los ángeles fitomórficos -mitad humanos, mitad vegetales- y otros seres fantásticos como delfines o dragones, todos ellos asociados tradicionalmente a la protección de lo sagrado y muy presentes en la ornamentación manierista reinterpretada por la cerámica sevillana.

El nuevo manto incorpora un completo repertorio de técnicas de bordado en oro, con especial riqueza en cartulinas, hojillas, matizados en sedas o giraspes y grandes piezas de tejido que componen el conjunto. Finalmente, se remata con una blonda de diseño exclusivo, de gran anchura y perfecta adecuación a la monumentalidad del manto, la cual ha sido confeccionada por Alfonso Aguilar.

 

 
 

 

FUENTES

Con información de Ignacio Sánchez Rico.

LEAL LOZANO, Esperanza Macarena. El taller de la familia Caro: más de un siglo de bordados (tesis doctoral), Universidad de Sevilla, 2023, pp. 161-162.

 

 
 
El manto de 1909 actualmente en Ronda (Málaga)

 

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