Una reciente donación realizada por una devota al Museo Conventual del Santo Ángel de Sevilla ha supuesto la adquisición de un conjunto escultórico del siglo XVIII que representa a Cristo crucificado bajo un dosel, en cuyo fondo puede verse una recreación las murallas de la ciudad de Jerusalén.

Se trata de una pieza realizada en madera tallada, estofada y policromada, que llegó al Museo del Santo Ángel en un estado de conservación precario, puesto que se apreciaba a simple vista la falta de adhesión de los estratos que conforman la policromía de la obra. A nivel de soporte, el conjunto se encontraba en un buen estado de conservación puesto que no se advertían alteraciones considerables. Se observa que la obra ha pasado por anteriores reparaciones como el "arreglo" de los pies.

El mayor problema que presentaba era la adhesión de la policromía, la cual se encontraba levantada de forma generalizada por toda la superficie. La obra, al estar realizada en madera, ha sufrido contracciones y dilataciones causadas por los cambios de temperatura y humedad, de ahí que llegase un momento en el que el estrato se rompió, se separó y se acabó cayendo, creando lagunas en la superficie de la policromía. Las zonas con mayores daños y pérdidas eran las de los hombros y la unión de los brazos con el torso.

Con el fin de ser exhibido en la nueva sala de exposiciones del Museo del Santo Ángel, se han realizado unos tratamientos conservativos pre-expositivos por parte del restaurador-graduado Alfonso Verde González, con el fin de estabilizar la pieza y evitar el avance de los deterioros.

En primer lugar, se realizaron fijaciones por toda la superficie del crucificado con el fin de devolver la adhesión entre los estratos al soporte y evitar la pérdida de más fragmentos de policromía. Tras la fijación, se procedió a una limpieza superficial y al estucado y sellado de zonas de gran impacto visual al espectador. Dichos tratamientos se realizaron de cara a estabilizar la pieza y devolver la lectura correcta a la obra evitando que los daños sean más llamativos que la pieza en sí misma.

Finalmente, se reintegraron cromáticamente las lagunas devolviendo a la pieza a un estado de conservación óptimo de cara la exposición. De igual manera se realizaron retoques en el fondo del dosel con el fin de evitar cualqueir contraste cromático que pudiera l lamar la atención del espectador y desviar el ojo de la pieza y su conjunto. Como otras muchas pueden contemplarse en el Museo del Santo Ángel de Sevilla (Calle Rioja).