JUAN DE ASTORGA. EL IDEAL DE BELLEZA EN LA NUEVA ESCULTURA DEL SIGLO XIX

22/06/2023


 

 

La Capilla de la Universidad acogió ayer el acto oficial de presentación del libro Juan de Astorga. El ideal de belleza en la nueva escultura del siglo XIX, la nueva publicación de Editorial dArte con la que su responsable, Fernando José Castro Pérez, sigue reuniendo monografías de los escultores e imagineros más relevantes del entorno de Sevilla, como Andrés y Francisco de Ocampo, Cayetano de Acosta, José Montes de Oca o el propio Astorga, a las que se unirán en un futuro nombres como Luisa Roldán, Francisco Buiza o Sebastián Santos.

Como les informamos el pasado 10 de mayo, hablamos de la segunda monografía dedicada a Juan de Astorga tras la editada en 1986 por la Diputación Provincial de Sevilla (Colección Arte Hispalense), una obra que estuvo a cargo de José Ignacio Ruiz Alcañiz y que, treinta y siete años después, está muy presente en esta publicación escrita por Alicia Iglesias Cumplido, quien también ha tenido en cuenta las sucesivas aportaciones llevadas a cabo en décadas sucesivas por investigadores como José Roda Peña o José Luis Romero Torres.

Andrés Luque Teruel, autor del prólogo de Juan de Astorga. El ideal de belleza en la nueva escultura del siglo XIX, se convirtió en el gran protagonista de un acto presidido por Jesús Resa, hermano mayor de la Hermandad de los Estudiantes (Sevilla), al que, además de Castro Pérez e Iglesias Cumplido, acudieron, entre otros, los artistas Jesús Cepeda y Alberto Germán Franco, y Joaquín Gómez, vestidor de la Virgen de la Angustia, dolorosa titular de los Estudiantes tallada por Astorga, a los pies de cuyo retablo tuvo lugar la presentación del libro.

 

 

Luque Teruel destacó la modernidad de Astorga como artista en la Sevilla de su tiempo, pues además de su amplia serie de dolorosas, que está entre lo mejor toda la escultura sevillana del siglo XIX y con la que definió un nuevo modelo que supondría un antes y un después en la evolución de la Escuela sevillana de escultura, demostró impecables conocimientos anatómicos a partir de unos planteamientos orgánicos y la sobria idealización esencialista, visibles no solo en sus dolorosas, sino también en otro tipo de obras como los crucificados de la Escuela de Cristo (Sevilla) o de la Hermandad del Santo Entierro de Sanlúcar la Mayor.

Para el historiador, tallas como la Virgen de la Angustia, la Virgen de la Esperanza (Trinidad), la Virgen de la Presentación o las figuras de misterio del paso procesional del Duelo de la cofradía sevillana del Santo Entierro, especialmente la de María Magdalena, se encuentran entre lo mejor de la producción de Astorga, un artista que, según su opinión, pasó del academicismo de sus primeras creaciones al romanticismo de las últimas.

Iglesias Cumplido puso de relevancia su trabajo en la identificación de obras inéditas y otras que estaban perdidas y han sido localizadas, sobre todo las 18 de carácter profano de las que hay referencias documentales y que son las grandes desconocidas de la producción de Astorga, caso de las esculturas del monumental catafalco de María Isabel de Braganza, conocido gracias a un grabado de la Biblioteca Nacional de España.

Fotógrafos como Daniel Salvador-Almeida, Fran Santiago, Manuel Fernández Rando, Pablo Martínez o Luis Serna ilustran con excelentes instantáneas Juan de Astorga. El ideal de belleza en la nueva escultura del siglo XIX, un libro de 288 páginas, de tapa dura con sobrecubiertas, en el que si acaso se echa en falta una mayor puesta en valor de otras magníficas creaciones como la Virgen de los Dolores de Galaroza (Huelva), firmada por el artista, cuya ficha además se acompaña de una foto antigua de la obra de Castillo Lastrucci que reemplazó a la desaparecida patrona de Aracena, realizada por Astorga para sustituir a una anterior de Montes de Oca.

 

 

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