LA MERCED EN SEVILLA. HISTORIA Y PATRIMONIO

21/09/2022


 

 

El próximo martes, 27 de septiembre, a las 19:30 horas, en la Iglesia de San Gregorio Magno de Sevilla (Calle Alfonso XII, 14) tendrá lugar la presentación, después de no pocas vicisitudes, del libro titulado La Merced en Sevilla y su provincia. Miscelánea de estudios en el VIII centenario de su fundación, una obra colectiva que ha sido editada por el Servicio de Publicaciones de la Diputación Provincial de Sevilla. La entrada al acto de presentación será libre hasta completar el aforo.

En 2018 se cumplieron 800 años de la fundación en Barcelona de la Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced por San Pedro Nolasco. Esta nueva orden redentora de cautivos conoció pronto un importante desarrollo que cristalizó en el surgimiento, a partir de este tronco principal, de diversas ramas, tanto masculinas como femeninas, que con el tiempo conformarían lo que hoy se conoce como Familia Mercedaria.

Un grupo de historiadores sevillanos ha querido poner en común algunos de sus trabajos de investigación acerca de la presencia mercedaria en la provincia de Sevilla, con la intención de llevar al gran público un mayor conocimiento sobre la labor que durante estos ocho siglos han realizado y realizan los mercedarios y las mercedarias. Esta publicación pretende despertar la curiosidad y el afán por profundizar en la historia de la Merced, de cuya riqueza y amplitud se ofrece en el libro una pequeña pero escogida muestra.

Dichos historiadores son Jorge Alberto Jordán Fernández (coordinador, además, de la publicación), Pablo Mestre Navas, Ángel Martín Roldán, Francisco Javier González Fernández, Manuel Antonio Ramos Suárez, María Teresa Ruiz Barrera y Ana María Cabello Ruda.

El libro recoge episodios fundamentales como la creación en Sevilla, en 1601, de la primera fundación mercedaria andaluza, el Colegio de San Laureano, aprovechando la división parcelaria llevada a cabo en el antiguo palacio de Hernando Colón tras su fallecimiento, donde ya residía la hermandad sevillana del Santo Entierro.

También se recoge la problemática que sufrió la orden a través de los tiempos, como la creación de la rama descalza (con la que casi todos los calzados no estuvieron de acuerdo), las exclaustraciones del siglo XIX que conllevaron la posterior demolición de algunos conventos, los enfrentamientos que tuvieron en Sevilla los mercedarios y los cofrades del Santo Entierro, y el triste devenir de la iglesia del Colegio de San Laureano, que ha conocido varias pérdidas y mutilaciones históricas, así como usos ajenos a su construcción.

Muy importante es que La Merced en Sevilla y su provincia. Miscelánea de estudios en el VIII centenario de su fundación aborde el relevante papel femenino en la orden, con figuras como la condesa Beatriz Ramírez de Mendoza, en calidad de protectora, o religiosas como Catalina de la Cruz y Juana de Cristo, entre otras.

Además de San Laureano, la parte artística comprende el patrimonio mueble e inmuebles de varios monasterios, caso del primigenio de la Asunción de Sevilla (demolido y radicado en 1895 en el antiguo Convento de Santiago de la Espada) y los de Osuna (de los mejor preservados pese a la pérdida de ciertos bienes; en la imagen inferior la talla de la Virgen de la Merced Comendadora (Fernando Ortiz, 1766) que preside el coro), Morón de la Frontera (demolido), Fuentes de Andalucía, Écija (del que solo se conserva su fachada) o Lora del Río.

 

 

 

Mañana jueves, 22 de septiembre, a las 19:30 horas, tendrá lugar en la Casa de la Provincia (Plaza del Triunfo 3, Sevilla) el acto de presentación de Manuel García Rodríguez. Pintor regionalista andaluz (1863-1925), nº 124 de la colección Arte Hispalense (editada también por el Servicio de Publicaciones de la Diputación de Sevilla), publicación de la que es autor el catedrático Gerardo Pérez Calero. Manuel García Rodríguez (Sevilla, 1863-1925) es un prolífico y popular pintor e ilustrador, que con una prodigiosa técnica captó y expresó el alma de su tierra. Representa la estética regionalista, que asume plenamente actualizando los valores que hicieron atractivo el Romanticismo andaluz, al que libera de aditamentos superfluos para presentar con realismo y sin perder sustancia los propios de Andalucía a través de un lenguaje claro, sencillo y expresivo con el que llega a la comprensión y complacencia de cualquier espectador. De formación académica en la Escuela de Bellas Artes y en la Academia Libre, ambas de Sevilla, la estética de García Rodríguez evoluciona desde el tardo realismo al modo de Carlos de Haes, al luminismo a la manera de Joaquín Sorolla y Gonzalo Bilbao, sin soslayar actitudes modernistas. Su producción tiene en el paisaje, elaborado con esmero y precisión, la razón de ser, en el que halla los profundos valores de la Naturaleza y su proyección espiritual; si bien cultiva en menor medida otros géneros como el cuadro religioso, con el que también se identifica por su condición de hombre de profunda fe como hermano terciario seglar. De naturaleza retraída e intimista, la existencia de García Rodríguez se basa sobre todo en la práctica del arte de la pintura y de la música a las que se consagra con oficio y sensibilidad, practicadas como un canto personal y familiar a su venturosa existencia a lo largo de los sesenta y seis años de una vida serena como artista, esposo y padre de cinco hijos.
 
 

 

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