El pasado mes de abril se daba comienzo a los procesos de conservación y restauración del relieve de la Adoración de los Pastores, obra de la primera mitad del siglo XVII realizada por el escultor, arquitecto y ensamblador Diego López Bueno (Sevilla, 1568-1632), perteneciente a la basílica sevillana de María Auxiliadora, siendo finalizados dichos tratamientos y procesos en el mes de noviembre.

Los criterios que ha llevado a cabo en esta intervención el conservador y restaurador Beltrán de Castro-Palomino Hernández (Sevilla, 1991) han sido los basados en los principios deontológicos de la conservación y la restauración, así como las normas y leyes que rigen en España y en la Comunidad Autónoma de Andalucía, comúnmente aceptado a niveles internacionales.

Las principales fases de la intervención pueden resumirse, en primer plano, en los siguientes puntos: tratamiento para eliminar los insectos xilófagos, consolidación de la capa pictórica, unión de los elementos fracturados y ensambles, corrección de deformaciones estructurales y consolidación interna del soporte lígneo, devolviendo la fuerza perdida mayormente por los múltiples ataques de agentes xilófagos.

También se ha llevado a cabo la limpieza mecánica y química del relieve con el fin de eliminar suciedad superficial, numerosos repintes y ceras, así como la eliminación de los materiales que fueron usados en la obra con la intención de fijar las piezas, ya que resultaban perjudiciales tanto en la conservación como desde el punto de vista estético. Igualmente se han repuesto las piezas perdidas.

Por último, el conservador y restaurador ha procedido a la reintegración de la capa de preparación, usando la misma composición que en el original, la reintegración cromática utilizando pigmentos al agua y pigmentos al barniz, y la aplicación de una protección final con el fin de prevenir la interacción de la superficie con el entorno, creando una barrera que evite posibles daños en los materiales pictóricos.

De las esculturas que López Bueno realizó para el retablo de la iglesia sevillana de la Trinidad (ex-monasterio de las santas Justa y Rufina), solamente se conserva este altorrelieve de la Adoración de los Pastores, también llamado del Nacimiento, dentro de un conjunto que incluía también los relieves de la Transfiguración, la Trinidad y el Bautismo, y las efigies de un Calvario y las santas Justa y Rufina (1601-1602).