LICENCIA PARA RECUPERAR LAS ATARAZANAS DE SEVILLA COMO NUEVO CENTRO CULTURAL

16/11/2021


 

 

Urbanismo autoriza hoy la intervención para recuperar al fin este edificio medieval cuya trascendencia histórica sobrepasa la historia de Sevilla para alcanzar a la de toda Andalucía y al resto de España.

Apenas cuatro semanas después de que la última propuesta técnica de rehabilitación de las Reales Atarazanas de Sevilla -arsenal y astillero medieval cristiano- para su adaptación como futuro nuevo centro cultural de la capital hispalense recibiera el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente concede hoy la licencia de obras.

La concesión de este permiso constituye de facto el último paso administrativo para que las obras puedan al fin iniciarse, tras las adecuaciones que ha experimentado el proyecto inicial (de hace más de una década) y según las cuales el edificio se rehabilitará conforme a su imagen original, excavando hasta su cuota primitiva.

La intervención que se recoge en el documento reformado que ha sido autorizado respeta físicamente todos los valores arquitectónicos del inmueble y los enfatiza en el tratamiento espacial, reconociendo y mostrando y todos los valores culturales producidos a lo largo de la historia de este Bien de Interés Cultural de primer orden.

La principal novedad con respecto a la propuesta original se plantea en relación a la excavación en el área frente a la muralla islámica y a lo largo de las naves 6 y 7, que en un principio quedaba fuera de la actuación prevista. Estos extremos del proyecto fueron acordados en el año 2018 por la Junta de Andalucía, como propietaria del inmueble, la Fundación Caixabank como impulsora y promotora del proyecto, y la Asociación para la Defensa del Patrimonio de Andalucia.

El coste total de la rehabilitación de las Reales Atarazanas es de veinte millones de euros y el plazo de ejecución previsto es de año y medio.

El edificio está situado en la calle Temprado nº 22, con esquina y fachada lateral a la calle Dos de Mayo. Es propiedad de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía con cesión de uso a la Fundación Cajasol.

 

 

Las Reales Atarazanas fueron mandadas a construir como astilleros por el rey Alfonso X El Sabio en el año 1252, fuera del recinto amurallado, apoyándose en el cobijo que ofrecía la muralla y la coracha saliente que unía las torres del Oro y de la Plata, entre las puertas del Carbón y del Aceite. La trama base de estos astilleros para la construcción de galeras se concreta en la yuxtaposición de diecisiete naves dispuestas en perpendicular a la dirección del río y adosadas en su fondo a la muralla almorávide/almohade de la ciudad, conformadas mediante líneas de arcos, que además de soportar la cubierta, canalizaría la recogida de aguas a modo de acueducto.

Constituyen hoy día un conjunto de edificaciones históricas que han sido realizadas en diferentes épocas y con distintas funciones, por lo que se erigen en testimonio y contenedor sobreviviente de multitud de hechos relacionados con la historia de Sevilla, del río Guadalquivir, de empresas bélicas y comerciales con Europa, América, África y Asia desde la Edad Media hasta el pasado reciente. Su trascendencia alcanza no solo a Andalucía sino también al resto de Europa.

El edificio está declarado Monumento Histórico-Artístico, mediante Decreto 518/1969, y BIC con la categoría de Monumento, por la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español. Cuenta con Nivel de Protección A (equivale a protección integral) que es el nivel máximo de protección contemplado en la legislación vigente.

Presenta en su extremo este, y como medianera, un tramo de la muralla medieval islámica de la ciudad, que se remata en su extremo norte con la torre sur del Postigo del Aceite, parte de una de las antiguas puertas de la cerca medieval que aún se conserva en Sevilla.

El conjunto visible actualmente de las Reales Atarazanas de Sevilla está formado por siete naves medievales definidas por potentes arcos levemente apuntados sobre pilares de ladrillo y cubiertas a dos aguas. Estas naves cumplían la función de astilleros y, sobre todo, de refugio de galeras, así como de talleres y almacenes de pertrechos durante el medievo y hasta entrado el siglo XVI.

El aspecto general que presentan las arcadas de las Atarazanas, prodigando huellas de las instalaciones sobre todo de la época de la Maestranza (siglos XVIII-XX), advirtiéndose huevos y empachados antiguos. En varios pilares de las arcadas se advierten también pérdidas de masa de ladrillo.

En la Nave 1 se instalaron a finales del siglo XV las pescaderías de la ciudad, que hasta entonces estaban ubicadas en la Plaza de San Francisco. En el frente del inmueble medieval se localiza el edificio de cabecera de Carlos III (1786) con funcionalidad de dirección de las Maestranza de Artillería.

 

 

Fotografías de Javier Serrano Fajardo

 

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