La Hermandad del Rosario de Gines (Sevilla) se fundó el 2 de octubre de 1675. Así lo ha descubierto el investigador local José Rodríguez Polvillo, quien ha publicado recientemente un detallado artículo sobre los orígenes y los primeros años de la corporación rosariera de la localidad.

La referencia descubierta por Rodríguez Polvillo aparece en las Reglas de la Cofradía del Santísimo Rosario (nombre original de la hermandad) de 1725, que se conservan en el archivo parroquial de la localidad sevillana de Gines. En ellas se asegura textualmente que se recogen "todas las condiciones y capítulos que contiene la regla hecha el año 1675 y admitida por esta Villa; aprobada y confirmada en todo y por todo por el señor D. Gregorio Bastán, provisor y vicario general de este Arzobispado, por el Ilustrísimo Señor D. Ignacio Espínola, arzobispo de Sevilla, en dos de octubre de 1675".

Con ello, a pesar de no conservarse las Reglas originales, del citado año 1675, sí puede precisarse el 2 de octubre de ese año como fecha fundacional de la corporación rosariera, toda vez que fue ese día cuando sus primitivas Reglas fueron aprobadas por la autoridad eclesiástica del momento.

Hasta ahora se conocía únicamente el año fundacional de la cofradía (1675), pero no la fecha exacta, que según el investigador "no parece que sea ni mucho menos casual, ya que el 2 de octubre es la festividad de los Ángeles Custodios, y en las Letanías Lauretanas del Santo Rosario se nombra a la Virgen como Reina de los ángeles", por lo que todo hace indicar que se hizo coincidir la aprobación oficial de la cofradía con dicha fecha.

Rodríguez Polvillo explica también que, "sin llegar a desaparecer en ningún momento, la cofradía atravesó años más tarde un letargo que llegó hasta 1725, cuando se produce su restauración por decisión personal del hacendado local Gregorio Morillo Somalo, un hecho también desconocido hasta ahora, aunque sí se sabía que Morillo Somalo fue uno de los grandes impulsores de la corporación en esta época".

El artículo ha sido publicado en el anuario de la propia Hermandad de Nuestra Señora del Rosario y Santa Rosalía de la Villa de Gines, título actual de la corporación fundada a finales del siglo XVII.

La titular mariana de la referida hermandad, Nuestra Señora del Rosario, está considerada una obra anónima sevillana del siglo XVIII, aunque por sus características formales no hay que descartar que se trate de una obra de la centuria anterior perteneciente al círculo del escultor cordobés Juan de Mesa, discípulo de Martínez Montañés, muy restaurada posteriormente en cuanto a postizos y policromía.

Según Rodríguez Polvillo, "en la documentación analizada no se ha encontrado nada por el momento ni sobre la autoría de la imagen de la Virgen del Rosario ni sobre su fecha de realización ni sobre el momento de la llegada a la Hermandad". Según comenta el investigador a La Hornacina, "se sospecha que pudiera haber sido una donación de Gregorio Morillo Somalo, hacendado muy vinculado a la Hermandad y al que se le concedió incluso bóveda de enterramiento en la capilla del Rosario, pero no hemos podido documentarlo todavía".

Respecto a la imagen de la otra titular, Santa Rosalía, ha sido recientemente restaurada por el escultor e imaginero sevillano Francisco Berlanga, tras haber observado el equipo responsable de priostía de la hermandad algunas anomalías en la talla. La primera impresión de Berlanga fue calificable de buen estado de conservación, salvo pequeñas y puntuales deficiencias.

Según Berlanga, alrededor de la cabeza de la imagen de Santa Rosalía, en la zona de contacto de la tiara de plata, se observaba roce por presión en todo el contorno, con dos pequeñas escoriaciones donde había perdido la policromía, a la altura de la frente; en la mano izquierda, y a consecuencia del roce de las cruces y flores que porta la santa, se observaban escoriaciones con pérdida de policromía y aparejo en el lomo superior del dedo índice y en el canto inferior de la palma de la mano; en la unión de la peana tallada con la base circular que sirve para atornillarla al paso, existía una ligera grieta, con pérdida de aparejo; sin riesgo ninguno para la estabilidad de la imagen; por último, en la calavera que sostiene en su mano derecha, había dos pequeñas fisuras a la altura de los huesos temporales del lado izquierdo.

La restauración llevada a cabo ha consistido fundamentalmente en el arreglo de las mencionadas escoriaciones con aparejo de cola animal y sulfato cálcico. Se han lijado y enrasado, sanando la grieta desde el interior y reintegrándose la policromía con criterio de invisibilidad.

Una vez subsanadas estas deficiencias y para que en el futuro no vuelvan a ocurrir, Francisco Berlanga ha propuesto forrar el interior de la tiara con cordón de algodón y unificar el sistema de cogida de todas las cruces que posee la imagen de Santa Rosalía, a fin de que no vuelva a producirse ningún problema de esta índole.