RESTAURACIÓN DE CARLES SALAFRANCA PARA SEVILLA

Carles Salafranca Porcar. Con información de Juan Dobado (02/03/2021)


 

 
 
Estado final enmarcado

 

Se incorpora a los fondos del Museo del Santo Ángel de Sevilla una valiosa tabla que representa al Varón de Dolores, una obra de iconografía muy personal en la que Cristo aparece sentado sobre el sepulcro en el monte Calvario, con la cruz y la ciudad de Jerusalén al fondo. A partir del próximo viernes, 5 de marzo, ya podrá contemplarse en las salas de la referida institución.

Esta interesante y majestuosa pieza, una tabla de 49 x 38 cm, sigue toda la estética de la escuela flamenca del siglo XVI. Pintada al óleo, presenta a Cristo en el centro de la composición como Varón de Dolores y, en una completa alegoría, aparece sentado sobre el sepulcro, con la cruz a sus espaldas y un paisaje bajo un rompimiento de gloria detrás. A su alrededor, el discurso iconográfico se completa de una variada, rica y bellamente ornada presencia de elementos alusivos a la Pasión de Jesús.

En opinión de los expertos nos encontramos ante una obra en torno a 1570, de escuela sevillana, con ecos de la escuela flamenca, de altísima calidad, que tendrá que seguir siendo analizada por los especialistas, como de hecho ya se ha hecho con el Museo Nacional del Prado de Madrid. En esa época destaca la producción de Luis de Vargas, extremeño afincado en Sevilla, entre otros autores. Destaca la composición original, a base de un marco con donde aparecen los instrumentos de la Pasión, destacando la cartela con la Santa Faz. Se trata de una donación a la comunidad del Santo Ángel para que sea expuesta en el Museo del Convento.

 

 
 
Estado final sin enmarcar

 

El conjunto de la pieza es un completo discurso iconográfico e iconológico que resume y alude a todas las escenas de la Pasión y Muerte de Cristo, utilizando los siguientes elementos para, además, crear una orla alrededor de la escena central que mucho recuerda a la herencia de los libros miniados. Empezando por la zona central superior, y en sentido de las agujas del reloj, observamos:

 

Santa Faz
El paño con el rostro de Cristo, enjuagado según las escrituras por la Santa mujer Verónica, se rodea de una moldura con guirnaldas textiles. Destaca su minucioso trabajo de policromía.

Corona de espinas y caña
Elementos ambos con los que, en medio de la burla, coronaron a Cristo como Rey de los Judíos tras la flagelación y antes del escarnio público.

Guantes
Simbolizan a Caifás cuando abofeteó a Jesús, al considerarlo blasfemo; así como a todos los que le propinaron golpes y escarnios a lo largo de la Pasión.

Columna y flagelos
Unidos con una cuerda y en posición inclinada, formando una X compositiva (en pareja a la escena del lado opuesto) centran el lateral derecho.

Túnica
Colgada en el centro, hace referencia a las vestiduras que llevaba Jesús y que le fueron arrebatas y sorteadas entre los soldados.

Bolsa con monedas
En el ángulo inferior derecho, una bolsa que debe contener las 30 monedas con las que pagaron a Judas Iscariote la traición de reconocer y entregar a Cristo.

Palangana y jarra
Centrando la parte inferior, estos atributos pueden tener doble simbología, ya que pueden aludir al lavatorio de pies que realizó Jesús en la Última Cena; así como a la conducta de Poncio Pilatos lavándose las manos y desentendiéndose de la sentencia de muerte de Jesús en el momento de presentarlo al pueblo.

Martillos
Utilizados en el momento de la crucifixión.

Farol, espada y oreja
Simbolismo asociado a la Oración del Huerto de los Olivos, donde sorprenden a los apóstoles con Cristo y apresan a éste, momento en el cual Pedro corta la oreja de Malco, sirviente de Caifás, que Jesús cura posteriormente.

Escalera, lanza y esponja
Usados para bajar el cuerpo de Jesús, darle de beber el vinagre con la esponja ante su exclamación de "Tengo Sed" y la lanza que le atravesó el costado, enarbolada por Longinos para cerciorar su muerte. Esta composición en la zona central izquierda hace pareja en forma de X con la columna y los flagelos.

Tenazas y clavos
Utilizados para crucificar a Jesús en la cruz y, posteriormente, para retirar los clavos al bajar su cadáver.

Gallo
Terminando el recorrido, en la esquina superior izquierda, un gallo recuerda la triple negación del apóstol San Pedro, que tuvieron lugar antes de que cantase el gallo tal como Jesús vaticinó.

 

 
 
Estado inicial

 

La obra presentaba un estable estado de conservación, si bien como especial alteración destacaba la densa capa de suciedad que la cubría. Formada ésta por una espesa capa de barniz envejecido, oxidado y muy ennegrecido, ocultaba los detalles de la policromía rica y detallada que la pieza tiene por factura.

El soporte de la pieza, una tabla de fino grosor (apenas 8 mm), se encontraba levemente arqueada debido a los cambios y movimiento termo-higrométricos de la madera, propios del material al adaptarse a los cambios ambientales. No se apreciaban excesivos faltantes de soporte, salvo pequeños agujeros causados por la presencia, ya extinguida, de insectos xilófagos.

La capa de preparación, formada por un fino estrato de estuco, se encontraba levantada en ciertos puntos, especialmente en las esquinas debido a golpes y manipulación; si bien no supone riesgo de desprendimiento. No se apreciaban evidencias de pulverulencia ni levantamientos o cazoletas con riesgo de caídas.

La capa polícroma, de fina factura, se encontraba alterada por el grueso estrato del barniz, de naturaleza grasa, que al oxidarse había oscurecido ocultado el cromatismo subyacente. En determinados puntos, la obra presentaba unos intentos de limpieza, a modo de cata, realizados de forma poco académica que en las escenas de la esquina superior derecha parecían haber afectado a la lámina de oro que aparecía perdida, no así la policromía. Seguramente debido a un exceso de abrasión en dichos intentos de limpieza.

 

 
 
Detalle del proceso de limpieza

 

Tras la toma de datos y fotografías iniciales de la pieza se realizó una primera limpieza mecánica de la misma, por anverso y reverso. Se aplicó una consolidación puntual y asentamiento de estratos mediante cola orgánica en disolución acuosa con calor y presión controlados.

Después de aplicar un test de solubilidad, se empezó a limpiar la pieza de forma físico-química, intentando eliminar y rebajar el barniz oscurecido que ocultaba la capa pictórica. El mismo era de naturaleza natural, seguramente realizado con alguna resina de tipo almáciga muy oxidada que dificultaba la remoción del estrato. Se consiguió eliminar utilizando una mezcla de acetona y etanol. En determinadas partes fue necesario aplicar otras mezclas químicas, especialmente en las zonas descohesionadas de los laterales donde se habían aplicado ceras en intentos de reforzar el estrato pictórico. Así pues, se intervino puntualmente en dichas zonas con mezclas de ligroína y acetona.

Tras la limpieza físico-química, se realizó una protección intermedia con barniz aplicado a brocha, de acabado satinado. Tras ello, se procedió al estucado y reintegración de lagunas, con técnica discernible. Se realizó una primera aproximación cromática mediante colores al agua tipo gouache y, para finalizar, un retoque final con pigmentos al barniz Maimeri. Con el barnizado final protectivo de la obra se terminó la tarea con la pieza.

Paralelamente, se trabajó en el marco que acompañaba la obra. Aunque no fuese de origen parte integral de la tabla, ya que se trataba de un marco de tipo polícromo imitando una decoración marmórea, fechable en los finales del siglo XVIII o principios del XIX, servía de soporte expositivo a la tabla policromada.

Se planteó un refuerzo perimetral creando un sobre-marco trasero que asentase la tabla y, sin forzarla, atenuase los movimientos de la madera. Evitamos así adherir cualquier refuerzo posterior a la pieza, ya sea por bandas de tensión o travesaños que dificultarían la reversibilidad del tratamiento. Se realizaron dos travesaños de madera de pino, tratados para evitar ataques xilófagos, protegidos con resina Paraloid B-72 y encerados para integrarlos cromáticamente a la trasera de la pieza. Estos se han sujetado al marco trasero, no a la tabla, para facilitar su futuro desmontaje.

Se limpió suavemente el marco, eliminando el barnizado oxidado que presentaba y ocultaba su cromatismo, mediante una mezcla de acetona y ligroína a partes iguales. Se estucaron y reintegraron las lagunas mediante colores al agua y posterior retoque al barniz. Con la protección final mediante barniz brillante a spray se dio por finalizada la intervención en la tabla del Varón de Dolores.

 

 
 
Estucado de lagunas

 

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