RECUPERADOS UNOS FRESCOS EN
LA IGLESIA DE SAN MILLÁN DE SEGOVIA

Guillermo Herrero para El Adelantado de Segovia (05/01/2008)


 

San Millán, un templo románico mandado levantar a comienzos del siglo XII por el rey aragonés Alfonso I el Batallador siguiendo planos de la catedral de Jaca, continúa deparando sorpresas. La última ha sido como consecuencia de la restauración de una pintura mural prácticamente olvidada que se situaba a los pies de la nave central.

Tras una intervención de dos meses, los técnicos de la empresa de restauración Restaurograma Hispania S.L. han logrado devolver a la pintura el esplendor que tenía cuando fue realizada, en el año 1585, por Diego de Aguilar, uno los artistas segovianos más significativos de aquella época. La pintura, de tres metros de alto y 2,75 de ancho estaba “muy deteriorada”, en palabras del restaurador Graziano Panzieri. Se desconocía su importancia, y su pésimo estado de conservación hizo que se llegara a valorar la posibilidad de picar el muro, haciendo así desaparecer la obra.

Sin embargo, a iniciativa del Consejo Parroquial de San Millán, se realizó una pequeña cata en la pintura, descubriéndose que, bajo la capa visible, existía otra, desconocida. Ese hecho animó a los feligreses a continuar con su propósito de recuperar la obra. 

La labor de los restauradores ha resultado, según Panzieri, “ardua”, ya que a la escasa adherencia de la pintura al muro se unían otras dificultades a la hora de realizar la intervención, como abombamientos, humedades, el repinte de la parte inferior de la obra o, incluso, una ventana de madera que se abrió en el centro de la composición. Después de una concienzuda limpieza del revoco, fase en la que se eliminó la policromía añadida a la original, se consolidó la película pictórica primigenia y se procedió a la reintegración de las zonas interpretables. El hueco de la ventana quedó cerrado con un “Pladur” cortado a medida, colocando seguidamente un nuevo revoco. 

Para Graziano Panzieri, el resultado ha sido “espectacular”, a pesar de que la gama cromática de la composición resulta “reducida”. “Han aparecido personajes que no se apreciaban antes de la intervención”, añade el restaurador, que explica que ahora se ve al Niño Jesús, rodeado de la Virgen María, que lo sostiene, San José, dos doctores y dos personajes femeninos que portan un cirio. Panzieri defiende que Diego de Aguilar fue “un pintor segoviano de primera categoría”, con una técnica depurada, como demuestra su intento de plasmar una perspectiva. En otro orden, el restaurador, de origen italiano, resalta que el tema de la obra, la Circuncisión del Niño Jesús en el Templo, se ha reproducido en escasas ocasiones en pintura mural. 

Diego de Aguilar fue uno de los pintores segovianos más prolíficos de la segunda mitad del siglo XVI. Además de la pintura descubierta en San Millán, el artista tiene una colección de obras en el retablo mayor de la iglesia de Campo de San Pedro, donde se representa la vida de Cristo. También se conservan pinturas a él atribuidas en el templo de Fuentemizarra y en el retablo de la iglesia de Anaya. La Parroquia de San Andrés, en Arahuetes, y la Ermita de Nuestra Señora del Carrascal, en Villacastín, cuentan igualmente con obras de este artista segoviano.

 

Fotografía de Juan Marín

 

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