SANTA TERESA EN SEGOVIA

06/07/2015


 

 

La ciudad castellana de Segovia fue testigo de una parte de la vida de Teresa de Jesús (Teresa de Cepeda y Ahumada, 1515-1582), figura que constituye un hito destacado en la vida cultural y espiritual hispánica y proyección máxima del misticismo literario.

Teresa de Jesús fue fruto de la época, y su espiritualidad y misticismo se sostenían sobre la base doctrinal de la reforma católica gestada en el Concilio de Trento (1545-1563), que miraba, para hacer frente a los efectos de la Reforma luterana, hacia el control jerárquico y un dogmatismo establecido sobre la sencillez y vuelta hacia los valores originales del cristianismo. En este contexto, la reforma de la orden de los Carmelitas con Teresa de Jesús desde 1562 se explica dentro de la reforma general de las órdenes religiosas, promovida durante el reinado de Felipe II (1556-1598). A partir de la reforma teresiana se consigue la escisión de la orden de los nuevos carmelitas, ya junto con frailes desde 1568, donde emerge la figura de San Juan de la Cruz como destacado impulsor, que fundará también el convento de carmelitas descalzos de Segovia en 1586.

En el último cuarto del siglo XVI la ciudad de Segovia está en su plenitud, siendo la tercera urbe más poblada de Castilla. Ahora su industria pañera había reconvertido sus géneros bastos de fines del Medievo, para hacer de la ciudad uno de los principales centros textiles europeos, compitiendo incluso con la Florencia de los Medici. Los llamados "mercaderes hacedores de paños" son el motor de la actividad, quienes encargan gran parte de las distintas operaciones del obraje a pequeños talleres especializados familiares, de los arrabales y el alfoz. Esta potente burguesía pañera, junto con las casas nobiliarias tradicionales y el clero, definen el panorama social que mueve dinero, poder y cultura, como bien mostrarían las celebraciones en 1570 de las bodas reales en Segovia de Felipe II y Ana de Austria, en el Alcázar.

En esta Segovia la aplicación de las decisiones reformadoras del Concilio de Trento se institucionaliza a través del requerimiento a los obispos de celebrar sínodos anuales a tal efecto y la receptividad de las instituciones eclesiásticas a asumir la reforma de la antigua orden del Carmelo. El obispo de Segovia Diego de Covarrubias y Leyva, muy ligado a la Corte, autoriza en 1574 la solicitud de una rica familia de pañeros segovianos, los Jimena, para que Teresa de Jesús funde en Segovia, con el beneplácito del General de la Orden Carmelita.

Teresa, junto con varias monjas, los capellanes Julián de Ávila y Juan de la Cruz, y varios acompañantes, llegan a Segovia en la tarde noche del 18 de marzo de 1574, al Mesón del Aceite (en la actual calle de San Francisco), donde la familia Jimena les conduce a la casa que alquilan del regidor López de Losa, en la calle de la Almuzara. A la mañana siguiente, se funda el convento de San José del Carmen en este lugar (hoy Palacio del Marquesado de Lozoya). La receptividad obispal corre paralela a la del Concejo, que decide dar su apoyo a la nueva fundación, acordando el 23 de marzo de 1574 dar la bienvenida a las Descalzas a la ciudad.

La sede debe trasladarse a los pocos meses, por el crecimiento de la congregación, y no sin conflicto con los vecinos mercedarios (en la búsqueda de sede permanente ya se había encontrado la rivalidad con franciscanos). Se instalan cerca de San Andrés, frente al convento de la Merced, en septiembre de 1574. Teresa de Jesús dará buen testimonio de estos avatares en su famoso Libro de las Fundaciones. Poco después de obrarse el milagro en su visita a la Cueva de Santo Domingo, en la que Cristo y el fundador de los dominicos se le habían aparecido para dar testimonio de sus sufrimientos, Teresa abandonará Segovia el 30 septiembre de 1574, para proseguir su tarea reformadora, mística y literaria.

Teresa volverá en dos ocasiones a la capital del Acueducto. En la segunda, entre el 13 de junio y el 6 de julio de 1580, el padre Gracián y el padre Diego de Yanguas, dominico, lector de Teología en Santa Cruz y su confesor, revisarán el manuscrito de El Castillo Interior, para evitar escritos comprometedores con el tribunal de la Inquisición. Se recuerda también un episodio de Santa Teresa de Jesús antes de llegar a Segovia en este viaje, en la Venta de la Fuenfría. La tercera y última estancia en la ciudad de Segovia, entre el 23 de agosto y el 4 de septiembre de 1581, será ya solo una pausa en el camino de Soria a Ávila.

 

Hasta el 31 de octubre de 2015 en el Museo de Segovia (Casa del Sol, Calle Socorro 11) Horarios: martes a sábado, de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 horas (de 17:00 a 20:00 horas entre los meses de julio a septiembre); domingos, de 10:00 a 14:00 horas.

 

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