LAS ESCULTURAS DEL MAESTRO MATEO NO REGRESARÁN AL PÓRTICO DE LA GLORIA

09/02/2019


 

 

La familia Franco ha ganado en primera instancia al Ayuntamiento de Santiago el litigio por las dos esculturas del escultor Maestro Mateo, artífice del Pórtico de la Gloria de la catedral compostelana, al entender la jueza de Madrid que ha llevado el caso, Adelaida Medrano, que han adquirido la propiedad plena.

La sentencia, a la que ha accedido Efe y que se ha emitido en un tiempo récord, se justifica en el principio de usucapión o prescripción adquisitiva, en base al cual se accede a la propiedad de una cosa mediante la posesión continuada de los derechos reales, de manera pública, pacífica y no interrumpida en el tiempo.

El Ayuntamiento de Santiago de Compostela pidió en el juicio que la familia de Francisco Franco devolviese las dos esculturas al estimar que fue un "expolio" y un "abuso" del dictador. Por su parte, los Franco pidieron a la jueza de Primera Instancia número 41 de Madrid que desestimara la demanda alegando que son los legítimos propietarios de las piezas ya que mantienen que fueron compradas a un particular a través de un anticuario, sin que a su juicio el consistorio haya probado que sigue siendo propietario de las mismas.

En la sentencia, que ha causado bastante polémica, se desestima íntegramente la demanda interpuesta por la administración local contra los herederos de Franco y contra la inmobiliaria Pristina SL, que es la auténtica propietaria de estas joyas del románico. El Ayuntamiento de Santiago ya ha anunciado su intención de recurrir en el plazo de veinte días ante la Audiencia Provincial.

El abogado del Ayuntamiento de Santiago aportó en la vista el contrato firmado ante notario el 4 de junio de 1948 por el que el consistorio compró al conde de Ximonde tres estatuas, dos de ellas las que son objeto de este litigio, por 60.000 pesetas. Dicho contrato incluía una cláusula por la que el conde impuso que las piezas debían estar siempre en el patrimonio artístico municipal. El letrado del consistorio consideró que fue en 1954 cuando las estatuas fueron llevadas al pazo de Meirás de la familia Franco, en Sada (A Coruña), como un regalo del entonces alcalde sin acuerdo municipal alguno y de una forma "oculta, clandestina y delictiva". Ha señalado que el beneficiario de este "expolio" fue el jefe del Estado de un régimen dictatorial "frente al que nadie podía reaccionar" y "ni siquiera el conde de Ximonde se habría atrevido a realizar reclamación alguna" para que se cumpliera su deseo de que las piezas siguieran perteneciendo al patrimonio de Santiago.

Por su parte, el representante de la parte demandada aseguró que Francisco Franco y su esposa compraron las piezas a un particular a través de un anticuario sin que se pueda exigir que tras 70 años sus nietos conserven una factura o recibo de compraventa. Añadió que el Ayuntamiento no ha acreditado documentalmente que pagara finalmente las piezas, ni la recepción de las mismas ni su ubicación. Incluso manifestó dudas razonables acerca de que las piezas reclamadas sean las que figuran en la escritura de compraventa de 1948.

La jueza basa su decisión en la "pasividad" del consistorio a la hora de reclamar las estatuas más de 60 años después que pasasen a manos de los Franco. También asegura que el Ayuntamiento no ha podido demostrar que las esculturas les fueran efectivamente entregadas por el Conde de Ximonde y cuestiona que puedan ser consideradas un bien de dominio público. Por último, también cuestiona, a pesar de la documentación aportada por el consistorio, que el Ayuntamiento de Santiago haya identificado correctamente las piezas y que las que tienen los Franco se correspondan con las que la administración local compró a finales de los años 40.

 

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