PINTORES ROMÁNTICOS GUIPUZCOANOS

15/07/2013


 

 

Las tres Salas Kutxa Boulevard ofrecen la exposición Pintores Románticos Guipuzcoanos, que presenta la obra de siete autores: Eugenio Azcue, Juan Brocheton, Antonio María Lecuona, Eugenio Arruti, Isidro Gil Gavilondo, José Echenagusía y Pedro Venancio Gassis. Comisariada por Montserrat Fornells, la exposición reúne 69 lienzos y 13 dibujos que muestran asuntos históricos, tanto religiosos como profanos, escenas populares, retratos de la burguesía y revelan una especial fascinación por el paisaje local.

Esos siete autores, pioneros en el romanticismo guipuzcoano, constituyen una generación que dio importancia al dibujo y al dominio de la figura, manejando con soltura la pincelada y valorando los efectos de la luz sobre el lienzo. Siete pintores a los que tocó vivir en un momento complicado, una época marcada por las guerras carlistas y el tránsito de una sociedad rural a otra industrial y urbana. Fueron los maestros de la posterior generación de pintores vascos, cuya fama les ha eclipsado, que alcanzó mayor notoriedad que ellos mismos y les ha hecho permanecer en el olvido en la mayoría de los casos:

 

Eugenio Azcue (Orio, 1822 - San Sebastián, 1890)
Considerado el punto de unión entre la estética neoclásica y la romántica, es el primero de los pintores guipuzcoanos del siglo XIX. Tras estudiar en la Academia de San Fernando, continuó su formación en Roma y en París, iniciando un recorrido internacional que seguirían más tarde otros artistas de la provincia. A su regreso se dedicó a la pintura religiosa y a la representación de personajes históricos y como pintor de retratos realizó numerosas efigies retrospectivas de personajes guipuzcoanos célebres.

Juan Brocheton (San Sebastián, 1826 - Madrid, 1863)
Primer joven guipuzcoano en acudir a la Academia de San Fernando en Madrid (1843), donde se dedicó al retrato y a la ilustración en diferentes publicaciones. A pesar de su prematuro fallecimiento tuvo un gran prestigio como pintor de retratos que le solicitaron muchas familias de la burguesía vasca y cántabra. Su estilo, influido por el de sus profesores Federico Madrazo y Antonio Esquivel, está dentro del más puro lenguaje romántico con elegantes personajes que combinan el naturalismo del rostro con el cuidadoso estudio de la indumentaria (Familia Vélez Agüero, imagen superior).

Antonio María Lecuona (Tolosa, 1831 - Ondarroa, 1907)
Se formó en Pamplona, Bilbao (con Cosme Duñabeitia) y Madrid, donde obtuvo una plaza de dibujante científico en el Museo de Ciencias Naturales. Tras una década se instaló en el Casco Viejo de Bilbao, donde se dedicó a la docencia. De ideología carlista, pintó al pretendiente Carlos VII en varias ocasiones y se centró en la representación de tipos populares vascos iniciando así la senda del costumbrismo vasco.

Eugenio Arruti (Luanco, 1841 - San Sebastián, 1889)
De familia liberal (dos de sus hermanos fueron ejecutados por la partida carlista del cura Santa Cruz), gracias a una beca de la Diputación de Gipuzkoa estudió en la Academia de San Fernando con el famoso paisajista Carlos de Haes, quien hizo evolucionar este género desde el romanticismo hacia el realismo; una forma de trabajar que fue también la de Arruti, que junto a bocetos preparatorios de gran soltura y toque desenvuelto, realizaba obras mucho más acabadas y definidas, sin renunciar nunca a la captación de los cielos y de las luces propias de cada momento del día.

Isidro Gil Gavilondo (Azkoitia, 1842 - Burgos, 1917)
Era hijo del médico del balneario de Cestona. Estudió Derecho en Madrid y se formó también como pintor y dibujante. Por razones familiares acabó instalándose en Burgos donde destacó por su labor como historiador y estudioso del patrimonio monumental de la provincia, hasta ser director del Museo de Burgos. Muestra de su extraordinario talento como dibujante son sus colaboraciones con la revista “La Ilustración Española y Americana” y destacó por sus cuadros de tema histórico y literario.

José Echenagusia (Fuenterrabia, 1844 - Roma, 1912)
Alternó en su juventud formación artística y trabajo en Bilbao. La muerte de una tía (víctima de un bombardeo carlista) le procuró una herencia que le permitió seguir su vocación en Roma, donde se instalaría de forma permanente, convirtiéndose en el anfitrión y referente de todos los pintores vascos que por ella pasaban. Su gran talento le permitió tener clientes y éxitos internacionales para sus obras de temática muy variada propia de la pintura romántica: motivos religiosos (Sansón y Dalila, imagen inferior), orientalizantes, históricos, vistas de Venecia, asuntos literarios, etcétera.

Pedro Venancio Gassis (Pasajes de San Juan, 1850 - Burgos, 1896)
Se formó como pintor en la Escuela de Dibujo y Pintura de Bayona y en Madrid. Por influencia paterna fue militar de profesión, combatió a los carlistas en la Tercera Guerra y llegó a comandante de artillería. Compaginó el ejército con la pintura de paisaje, y en sus vistas de los puertos de San Sebastián y Pasajes recogió los diferentes tipos de embarcaciones de pesca o de transporte. Pasó largas temporadas de permiso en Venecia y sus cuadros con imágenes de la ciudad fueron muy celebrados.

 

 

Hasta el 18 de agosto de 2013 en las Salas Kutxa Boulevard de San Sebastián
(Boulevard, nº 1) Horario: martes a domingo, de 11:30 a 13:30 y de 17:00 a 21:00 horas.

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com