El excepcional trabajo que Xavier Álvarez de Eulate nos ha legado a lo largo de más de cinco décadas de investigación, búsqueda e inmersión en territorios plásticos siempre inexplorados es, como puede comprobarse en este catálogo, clave para entender el arte vasco contemporáneo.

Pero, sobre todo, resulta trascendental para comprender cómo solo desde la libertad, ajena a las exigencias de los circuitos comerciales, sorda ante las demandas de la tradición e indiferente ante las presiones de la ortodoxia, es capaz de ofrecer unas pulcras, elegantes y admirables creaciones estéticas.

Su trabajo artístico se desarrolla tanto dentro de la figuración como de la abstracción, realizando obras de pequeño formato a los que él mismo denominó "post-diluvios", "diagonales" y "espacios para una aparición", y grandes murales que decoran ábsides de lugares religiosos como el retablo de la Iglesia de San Ignacio de San Sebastián, el de las benedictinas de Oñati y la Ermita de la Magdalena en Bergara.

La trayectoria pictórica de Álvarez de Eulate, aliada desde muy pronto con la inspiración y el poder intelectual de Jorge Oteiza, es un ejemplo de ruptura, de querencia por la variación, de valentía a la hora de optar por una incómoda trasgresión y, sobre todo, de energía a la hora de pintar, de diseñar y de imaginar de un modo diferente al de quienes, en aquel entonces, defendían que solo el arte figurativo podía ser religioso.

Desde sus inicios este autor, cuya obra refleja la necesidad de lo sobrenatural y recrea un misticismo tangible, definió con claridad su intención artística: “Comunicar un sentido de trascendencia, de paz y de esperanza, pero, al mismo tiempo, tratando cada cuadro como un tema singular de investigación estrictamente plástica”.

La obra del artista donostiarra, nacido en 1919, es sobre todo un ejemplo de libertad, innovación y constante indagación para ofrecer al espectador un nuevo vehículo con el que acercarse a lo más espiritual del ser humano: su idea de Dios. Sus creaciones más famosas son los vitrales del Santuario de Arantzazu, Patrona de Guipúzcoa.