RESTAURACIÓN DE ISABEL PANTALEÓN

10/06/2013


 

 

La Venerable Orden Tercera Carmelita de la ciudad de Salamanca llevó a cabo, con fecha de 18 de abril del año 1728, el encargo al escultor Alejandro Carnicero de la realización del conjunto escultórico Virgen del Carmen entregando el Escapulario a San Simón Stock y un ángel mancebo, que debía colocarse en la antigua capilla del Convento de los Carmelitas, perdida en la actualidad. A día de hoy, las imágenes se encuentran en el camarín de la Capilla de la Tercera Orden en la iglesia salmantina del Carmen de Abajo.

 

 
 
 
 

 

Las imágenes fueron concluidas por Alejandro Carnicero en el plazo establecido, procesionando el 24 de octubre del mismo año 1728, y en años sucesivos coincidiendo con la festividad de Nuestra Señora del Carmen, el día 16 de julio. Actualmente las tallas ya no procesionan.

 

 
 
 
 

 

El resultado de la ejemplar obra de Alejandro Carnicero fueron tres tallas de tamaño natural, de estupenda factura y exquisitas facciones, de las que se han perdido el arco de nubes, ángeles y rayos que enmarcaba la imagen de la Virgen, así como las alas del ángel. Inicialmente se ubicó en el altar del Convento de San Andrés y, posteriormente se trasladó a la capilla que la Tercera Orden edificó al lado del convento carmelita, donde se colocó en el retablo mayor, ejecutado por Miguel Martínez, desaparecido durante el incendio que tantos deterioros provocó en las tallas. Las tallas se situaron en una gran hornacina central, sobre peanas de nubes y serafines de las que solo se conserva la que mantiene la Virgen (imagen inferior). San Simón y el ángel estaban sobre unas sencillas peanas de nueva factura, fabricadas en aglomerado y pintadas en color ocre.

 

 
 

 

Durante más de un año estas imágenes se han sometido a una importante labor de restauración en el taller de la restauradora Isabel Pantaleón Rodríguez. La intervención ha subsanado importantes patologías presentes en el soporte de madera; ocasionadas, entre otros factores, por el gran incendio mencionado que produjo importantes pérdidas de soporte, ojos de vidrio, etcétera.

 

 

En el caso de la figura del ángel mancebo (imagen superior), se han repuesto las alas perdidas (imagen inferior) tomando como documentación un grabado de la época en la que figuraba esta pieza, así como el estudio de obras similares del artista. La colocación de estos elementos es totalmente reversible, pudiendo ser eliminadas sin dañar el resto de la obra original de Alejandro Carnicero.

 

 

 

Igualmente en el taller de Isabel Pantaleón se han eliminado el polvo graso y el superficial que cubrían estas piezas de Alejandro Carnicero, así como humo de velas y del incendio. También han sido suprimidas importantes zonas de repintes que cubrían la rica policromía del conjunto.

 

 
 

 

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