DRINK ME [BÉBEME]

03/08/2015


 

 
 
Merienda Post Mortem (Rocío Verdejo)

 

Drink me o Bébeme -en la versión española- es lo que pone en el bote del que bebe Alicia en el cuento de Lewis Carroll para variar su tamaño y poder acceder a lugares desconocidos. La narración de Carroll, cargada de matices psicológicos y filosóficos, se adentra en el subconsciente humano sumergiéndonos en mundos de ensueño, que a veces terminan tornándose en pesadillas.

El pretexto del personaje infantil, que se llena de valor -o inconsciencia- para sumergirse en aventuras desconocidas, nos sirve para asumir el yo protagonista y espectador de esta exposición. Al igual que Alicia, cualquier individuo debe tomar la decisión de hacerse grande o pequeño ante las situaciones, los lugares que lo contienen, naturales o artificiales, o ante sus propios miedos, sueños y anhelos. Las imágenes que componen la muestra giran en torno a esa dualidad de deseo y terror ante lo desconocido.

Los artistas elegidos para este discurso -Paula Anta, Fernando Bayona, Juan Baraja, Soledad Córdoba, Julia Fullerton-Batten, Cecilia del Val y Rocío Berdejo- perfilan con sus obras escenarios y matices cargados de misterio, con una tremenda tensión entre la realidad y la ficción, que nos dejan entrever parte de su subconsciente y del subconsciente común a todos nosotros.

¿En cuántas ocasiones ante un paisaje tremendamente natural nos hemos sentido pequeños por el miedo? Cualquier adulto se imaginaría ahora en un bosque, en un territorio abandonado... y por el contrario ¿cuántas veces nos hemos sentido pequeños por la belleza y el poder de lo que nos rodea?

No siempre está en nuestra mano decidir que vía tomar en torno a lo bello o misterioso, pero a la inversa también existe este juego... El ser humano se presenta en ocasiones engrandecido o empequeñecido por el ego y tuerce el curso de lo natural o incluso el suyo mismo.

La muestra Drink me [Bébeme], comisariada por Rocío Méndez, nos sumerge mediante las obras de fotógrafos contemporáneos en todos esos paraísos artificiales, arquitectónicos, o naturales en los que se mueve el individuo. Introduce al visitante en el planteamiento psicológico humano de que tener que decidir sentirse superior y expandido o realmente pequeño, como una miniatura ante la grandeza que le acoge.

El carácter "escenografiado", casi teatral, de todas las imágenes de la exposición Drink me [Bébeme], que se presenta en Salamanca para el DA2 y Espacio Nuca, es un nexo común a una gran parte de los fotógrafos contemporáneos, pero la escenografía, a pesar de ser imaginada, existe no solo en la mente de los creadores, sino en la realidad común, capaz de materializarse bajo las composiciones-instalaciones de todos ellos.

 

 
 
The Dreamer (Cecilia del Val)

 

Sumergirse en las imágenes de Paula Anta, poéticas, cargadas de ausencia y paradójicamente potenciando la presencia del individuo-espectador, que se siente parte de ella, o por contrapartida las de Soledad Córdoba, en la que ella misma protagoniza sus inquietudes casi paranormales, en las que magia y misterio hibridan también con lo poético, nos induce a pensar que en "el todo colectivo" existe siempre esa línea de ausencia y presencia que roza casi con el tormento humano, el ser o no ser, el formar parte o no, el sentirse dentro o fuera. La magia de casi todas ellas reside en esa carga emocional que subyace en la lectura detenida de lo que vemos.

Para la muestra Drink me [Bébeme] se han escogido algunas obras de la colección del Domus Artium 2002 (DA2), y de la colección Fundación Coca-Cola, que ejercen un diálogo constante con las de más reciente factura y que abordan la temática desde otros puntos de vista, pero dejan constancia de la misma inquietud.

Muchas son las obras de las colecciones que podrían reforzar este universo como la de Pilar Albarracín con los seres de la naturaleza -como jefa o quizá miembro de su comunidad-, Daniel Canogar sumergiéndonos en ese universo espectral o matrix que nos absorbe, el misterioso profeta de Carles Congost... Y es que, los personajes y escenarios que nos encontramos en nuestros pensamientos, sueños o visiones, tienen esa lectura mágica y catártica de nuestras vivencias de tercera dimensión, de la vida cotidiana y de nuestras reacciones ocultas tras la máscara de la personalidad humana.

La potente luz del silencio de Carlos Irijalba que, en lo más recóndito de la naturaleza añade aún más misterio por medios humanos con sus intervenciones luminarias y su peculiar tramoya intuida pero no desvelada, nos hablan de lo más profundo del ser, de la constante necesidad humana de estar presente.

Inquietantes paisajes como los de Ciuco Gutiérrez, o escenografías descontextualizadas como las de José Noguero o la poética relación del humano con la belleza artificial de la naturaleza de Aina Perelló son otras de las imágenes de la colección que podrían enfatizar la propuesta. Algunas de ellas pasarán a formar parte del recorrido expositivo reforzando la visión de estos creadores.

Para terminar con este diálogo tenemos a Rocío Verdejo, con sus escenas misteriosas que inquietan y exprimen los deseos o emociones de sus protagonistas. Personajes como los que cualquiera de nosotros nos cruzamos en nuestra vida sin ser conscientes de la importancia que tomarán en la historia que escribimos.

Las obras de Fernando Bayona, que recrea al detalle las escenas que protagonizan estos seres del peregrinar inconsciente, que mágicos y enigmáticos, a veces nos dan miedo y otras nos otorgan la visión infantil y motivadora de lo nuevo, lo fresco, despertando casi siempre alguna emoción en cada uno de nosotros como los de Cecilia del Val o Julia Fullerton-Batten y los escenarios de Juan Baraja, que creados por el hombre y aparentemente fríos e inertes, transmiten una historia y vida propia.

 

 
 
En el Silencio I (Soledad Córdoba)

 

Complementada con las instalaciones que cuatro de los fotógrafos de la muestra Drink me [Bébeme] desarrollan en el Espacio Nuca, junto con algunas más de sus obras; el permanente juego de escalas al que nos someten este elenco de artistas, que es potenciado con lo formal de las obras (diferentes tamaños, algunas de grandísimo formato, junto con otras de pequeño formato, que componen pequeños gabinetes en el recorrido), nos hace estar constantemente alerta, ante lo nuevo o inesperado y nos obliga a continuar dialogando con esa pócima mágica que todos desearíamos tener en ocasiones ante un abismo, sacando a la luz tanto los temores como los valores individuales y colectivos; y haciendo que cada individuo sienta con estas imágenes aflorar parte de su subconsciente pudiendo así, si se desea, analizarlo cual Alicia, introduciéndose en cada una de ellas.

 

 
 
La Lección de Esgrima (Fernando Bayona)

 

Hasta el 18 de octubre de 2015 en el Domus Artium 2002 (DA2, Avenida de la Aldehuela s/n) y en el Espacio Nuca (Pasaje de la Calle Azafranal) de Salamanca. Horario DA2: martes a viernes, de 12:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas; sábados, domingos y festivos, de 12:00 a 15:00 y de 17:00 a 21:00 horas.

 

 
 
Arbre 1 (Paula Anta)

 

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