NUEVA OBRA DE JUAN ALBERTO PÉREZ ROJAS

07/11/2025


 

Galería de Fotos

 

Nuestra Señora de los Dolores

La escultura que nos ocupa representa a Nuestra Señora de los Dolores. Ha sido realizada para la Immaculate Conception Church de la ciudad estadounidense de Omaha (Nebraska), templo que tiene encomendada la atención espiritual a la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro (FSSP) y que ha sido objeto de una profunda reforma que concluye con la hechura de la dolorosa realizada por Juan Alberto Pérez Rojas.

De gran belleza y corrección de líneas, se muestra como un tipo diferente de figura mariana en la trayectoria del artista. Esta dolorosa de candelero para vestir posee un rostro de una gran corrección. El óvalo facial, de amplios volúmenes, se acentúa en la mandíbula inferior y en el mentón, logrando un conjunto de extraordinaria fuerza y belleza. El modelado de las facciones, de gran simetría, se encuentra en la difícil frontera de aquellas obras que, por su perfeccionismo, resultan inexpresivas. A partir de la simetría, el autor altera ciertos aspectos para dotar de gran veracidad el movimiento y el gesto de dolor. La mirada, elevada, abunda en el dolor y la profusión de lágrimas de cristal (tres y dos) suspendidas a lo largo y ancho de las mejillas, junto con el destacado modelado de las cuencas orbitales propias de quien llora desconsoladamente.

En todo el naturalismo que refleja la talla, el reconocido escultor e imaginero ha optado por mostrar el modelado del cabello y ambas orejas, lo que diferencia esta imagen de otras realizadas por Pérez Rojas en su carrera. La expresividad del gesto de la boca viene potenciada por el detalle de los dientes y la lengua, logrando un gesto de gran naturalidad; de generosa anatomía, es de una lograda sensación de realismo gracias al ligero desplazamiento de las comisuras hacia abajo. La Virgen concentra el dolor en el entrecejo fruncido, en señal de dolor. Los ojos de cristal refuerzan la naturalidad consultada en el modelado de las facciones del rostro.

La nariz es de anatomía sólida en el entrecejo, afinándose conforme se desarrolla hacia la punta. Aletas dilatadas y surcos nasogenianos marcados reflejan una profunda sensación de llanto. Tal sensación se refuerza con un gran estudio anatómico del cuello, donde los músculos esternocleidomastoideos marcan la tensión propia del estado doloroso.

Respecto a la disposición de las manos, vemos la izquierda en el pecho donde tiene clavada una espada de plata, recordando el pasaje bíblico de la presentación de Jesús en el templo (Lc 2, 34-35) cuando el profeta Simeón le dirigió estas palabras a la santísima Virgen María: "...Y a ti, una espada te atravesará el alma". Por su parte, la mano derecha, también extendida, refuerza la composición y le aporta mayor dramatismo, recordando los grabados alusivos a la iconografía de la Orden Servita, que tanta difusión tuvieron en los siglos XVII y XVIII.

La policromía de la figura, de aspecto nacarado, sigue la línea de las obras del autor: de gran limpieza y corrección, acentúa el cariz doloroso de la imagen con matices como las cejas arqueadas con delicado "pelilleado", el tono carmesí de los labios balbuceantes y el sonrosado de los párpados y mejillas. Todo ello refuerza la gran labor desarrollada en el modelado y completa perfectamente la obra.

El ajuar de la Virgen de los Dolores lo ha realizado el bordador ecijano Jesús Rosado en terciopelo bordado en oro, y la orfebrería ha corrido a cargo del taller sevillano de Jesús Domínguez. Las fotografías las ha tomado David Arias.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.

 

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