RESTAURADO EL RETABLO DE LOS REYES

07/11/2006


 

Después de tres años de trabajo, el pasado 1 de noviembre culminó la restauración del Retablo de los Reyes de la Catedral de Ciudad de México, un proyecto en el que han colaborado al 50% los gobiernos mexicano y español. El retablo está considerado el máximo exponente del barroco mexicano y estaba muy deteriorado, sobre todo por el incendio que afectó en 1967 al interior del templo.

Cada país ha invertido cerca de 560 mil euros, según fuentes diplomáticas españolas, para llevar al quirófano a una obra que empezó a construirse en 1718 para el entonces Príncipe de Asturias y después Rey de España Fernando VI. Análisis botánicos, químicos, de la estructura o del oro que adorna la obra fueron los primeros pasos de la intervención

Durante las fases iniciales de limpieza y retirada de elementos dañados, los expertos hallaron un nido de palomas,  perdigones de mosquetón y restos de dos escudos de España lijados para borrarlos. Los escudos pudieron ser limados pocos años después de la independencia mexicana (1821) a cuenta de la orden de hacer desaparecer todos los escudos de armas que no fueran el mexicano, según ha explicado el mexicano Xabier Cortés Rocha, responsable técnico del proyecto. Tras su lijado y limado, los motivos heráldicos españoles fueron cubiertos por monogramas de San José y la Virgen María. 

La factura original del retablo corresponde al español Jerónimo de Balbás y empezó a elaborarse en 1718, aunque no sería hasta 19 años después cuando el maestro pusiera el punto final a esta pieza del arte colonial. Con unas dimensiones de 24 m de altura por 13,75 m de ancho y un desarrollo longitudinal de 21 m, el retablo está construido en madera de cedro blanco y de distintas clases de pino, y está adornado con óleos con figuras sacras y oro.

La obra se divide en un retablo mayor central y dos retablos más pequeños a los laterales, estos últimos ligeramente posteriores en el tiempo. Una de las características más destacables de la pieza son los estípites o pilares de sección cuadrada y forma de pirámide invertida que le acompañan, en la que es la primera muestra de este elemento en México. Los expertos han hecho también estudios sobre la iluminación de la pieza con objeto de que, en su nueva andadura tras el lavado de cara, luzca al máximo. 

Próximamente se editará un libro que detalle la metodología del proceso, que según la diplomacia española se espera no sea únicamente un compendio fotográfico del proceso y pueda resultar de utilidad para restauradores, tanto expertos como aprendices. 

 

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