RESTAURACIÓN DE ESTHER HERNÁNDEZ BRIONES

19/05/2023


 

 
 
Estado final. Anverso

 

La obra intervenida lleva por título Nuestra Señora de los Remedios (según inscripción: "Verdadero retrato de Nuestra Señora de los Remedios, titular de esta villa de las Quemadas Hispalense. Año de 1703."). Se trata de un óleo sobre lienzo (verdadero retrato) de autor anónimo, fechado en el ángulo inferior derecho (hacia 1703). Sus dimensiones, con marco, son 199,5 x 216 cm (181,5 x 199,5 cm solo el lienzo).

Respecto a su estado de conservación, la obra está formada por un bastidor de madera movible que se encuentra en buen estado, con un travesaño central horizontal. El bastidor presentaba solamente dos cuñas para tensarlo; las otras dos se habían perdido, motivo por el cual la tela estaba destensada y se habían producido deformaciones. Las aristas estaban algo rebajadas. Este bastidor no sería el original, sino el que se pondría fruto de alguna intervención anterior. También se apreciaban daños en el bastidor a causa de los clavos que lo sujetan al marco. Asimismo, el lienzo había sido forrado o reentelado en alguna intervención anterior; aun así, tenía una pequeña falta en el cuadrante superior izquierdo. La tela original estaría muy dañada, por lo que se forraría para darle consistencia. Sin embargo, se observó una falta de adherencia de la tela de la forración con la original, en la zona derecha, hacia la mitad del lienzo. Se apreciaba la marca del travesaño en el anverso de la obra; probablemente del travesaño original que no estaría rebajado. La tela estaba sujeta al bastidor mediante clavos. Se aprecia la suciedad ambiental y el polvo adherido.

Existía buena cohesión entre la capa de preparación y la capa pictórica. Existían pérdidas de la capa de preparación en zonas puntuales, en las que también se había perdido la capa pictórica, como en la mencionada rotura. Aparte de la falta evidente en la rotura de la tela, se apreciaban numerosas faltas generalizadas, especialmente en la marca del travesaño, donde existía riesgo de pérdida de pintura. Se apreciaban numerosos repintes, fruto de intervenciones anteriores, así como salpicaduras de pintura blanca de haberse pintado la pared en la que se encontraba colgado el cuadro. El cuadro tenía una capa de barniz oxidado, lo que provocaba amarilleamiento y oscurecimiento, dando un aspecto apagado a la obra y modificando sus colores originales. Presentaba igualmente suciedad y polvo adheridos en la superficie.

 

 
 
Estado final. Anverso

 

Tras desmontar el lienzo del marco para proceder a la restauración de ambos, y limpiar el reverso de toda la suciedad acumulada entre el bastidor y la tela, por medios mecánicos, el tratamiento efectuado por la restauradora madrileña en la pintura ha consistido en la eliminación de deformaciones de la tela con humedad y peso controlados, colocación de un parche de lino lo más parecido posible a la tela de la forración, desflecado de los bordes para evitar que se marque la tela, y encolado con Beva film, calor y peso controlados.

A continuación, procedió al sentado de color o fijación de la capa pictórica en zonas puntuales (con cola de conejo y calor controlado) donde existía riesgo de pérdida de la misma y al encolado de una parte de la tela del reentelado a la original que estaba despegada (se ha intentado regenerar la cola, pero al no obtener el resultado deseado, se ha añadido cola de conejo por los huecos donde faltaba el estuco, lográndose la adhesión con la cola y peso controlado). Tras ello, se tensó la tela en su bastidor añadiéndole las cuñas que le faltaban.

La limpieza de la capa pictórica ha comprendido dos fases: una primera realizada por medios químicos y mecánicos para eliminar la suciedad ambiental adherida en superficie, y una segunda de eliminación progresiva por medios químicos y mecánicos del barniz oxidado y amarillento y de los numerosos repites que ya estaban oscurecidos. Posteriormente, el estucado de lagunas y la nivelación de las mismas a imitación de la superficie pictórica han consistido en aplicar una capa de preparación de yeso mate y cola de conejo a las lagunas existentes, con objeto de rellenar los huecos de la preparación perdida y hacer de base para la reintegración del color. La reintegración cromática o técnica que permite integrar estéticamente una obra completando sus pérdidas, se ha limitado exclusivamente a las lagunas existentes en la obra, y se ha realizado con materiales inocuos, reversibles y reconocibles con respecto al original (acuarelas Windsor & Newton).

Por último, se ha aplicado un barnizado por impregnación (barniz de retoque Lefranc & Bourgeois) con el fin de nutrir y proteger la obra (dos capas ya que la pintura estaba muy reseca), se ha llevado a cabo un ajuste de la reintegración cromática (en este caso, se ha empleado pigmento en polvo con Lefranc & Bourgeois) y se ha aplicado un barnizado final pulverizado (también con barniz de retoque Lefranc & Bourgeois en espray), con el fin de dar a la obra un aspecto homogéneo y un acabado satinado. El barniz también cumple la función de proteger la capa pictórica de abrasiones, suciedad y penetración de humedad.

 

 
 
Proceso de limpieza. Detalle

 

El cuanto al marco, es de plata corlada sobre madera. La plata corlada está formada por una lámina de plata sobre la madera y barnizada con una corla de color o barniz dorado. El empleo de plata corlada se extendió como sistema más barato que la lámina de oro, para dar un aspecto parecido.

Sobre su estado de conservación, en las zonas en las que la plata estaba visiblemente más desgastada se apreciaba la preparación arcillosa, el bol negro característico de la referida técnica. La moldura interior de un lado estaba visiblemente dañada y desvinculada del marco. Se apreciaban también numerosas faltas de piezas de moldura, así como numerosos repintes de purpurina muchas veces directamente sobre la pérdida de la moldura, en el hueco que quedaba.

El tratamiento efectuado al marco consistió en el encolado de la moldura dañada con acetato de polivinilo, la limpieza del marco por medios químicos (la limpieza de la plata corlada es especialmente delicada, pues no se debe eliminar en ningún caso la corla, que forma parte consustancial con la obra, y además la plata se oxidaría rápidamente sin esta protección), la eliminación de los numerosos repintes (tanto los de purpurina, como toda la pintura que cubría el perímetro exterior del marco), la reconstrucción volumétrica con estuco a imitación de la superficie, reproduciendo la forma de cada moldura, aplicación de bol negro y láminas de plata, reintegración con Iriodin (pigmento compuesto por pequeñas plaquetas de mica natural recubiertas de una fina capa de óxido metálico, y pigmento en polvo con barniz de retoque Lefranc & Bourgeois), reintegración del perímetro por fuera con acrílico de color ocre, y Barnizado final pulverizado con Lefranc & Bourgeois en espray.

También se ha llevado a cabo la sujeción del lienzo a su marco con flejes metálicos y tornillos para obtener una mayor flexibilidad y evitar los daños que producen los clavos. Se han colocado listones de madera por todo el perímetro del marco para salvar el gran escalón que había entre el lienzo y el marco y, de este modo, poder colocar los flejes, evitando con ello la colocación de los clavos que dañaban el bastidor.

 

 
 
Estado final. Reverso

 

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