NUEVOS TRABAJOS DE RESTAURACIÓN

Con información de Antonio Díaz Arnido y Enrique Salvo Rabasco (13/01/2015)


 

     
     
Busto. Estado inicial y final
     
     
 
     
     
Limpieza y retirada de repintes
 
Estado final

 

Enrique Salvo Rabasco

El último trabajo que entrega el restaurador Enrique Salvo es esta Virgen Dolorosa, de estilo malagueño del siglo XIX, obra de vestir y de tamaño académico (mide 115 cm de altura), realizada en madera tallada y policromada con destino a una capilla privada de Málaga.

Los trabajos de restauración han consistido en volver a estabilizar la imagen, que había permanecido oculta durante años y se encontraba en un lamentable estado de conservación fruto del abandono. Para ello se han llevado a cabo profundas labores de consolidación, tanto en los estratos pictóricos de la obra como en la estructura de la obra. Asimismo, se le ha realizado un nuevo candelero.

La limpieza fue encaminada a eliminar el tosco repinte que presentaba tanto en la cara como en las manos y a recuperar la estética original que, afortunadamente, conservaba.

Tras la reintegración de faltas se procedió a dar una fina capa de protección con un barniz tipo Lefranc, así como a colocar nuevos postizos (pestañas y lágrimas de cristal) ya que los originales no se conservaban.

 

 
     
     
Conjunto. Estado inicial y final
     
     
 
     
     
Peana. Estado inicial y final
     
     
 
     
     
Niño. Estado inicial y final

 

Antonio Díaz Arnido

Hablamos nuevamente de la restauración de una efigie mariana de pequeño formato (87 x 42 x 31 cm) para la devoción particular; en este caso, de una talla de la Virgen con el Niño en pino policromado, del tipo "cap i pota" levantino, propio de finales del XIX. Pertenece a una colección privada de Sevilla.

La obra presentaba un estado de conservación muy malo: gran cantidad de suciedad superficial, levantamientos y pérdidas de estratos pictóricos, grietas y pérdida de soporte, localizada sobre todo en dos falanges de los dedos de la mano derecha de la Virgen y en gran parte de su pie derecho, reintegrada de forma incorrecta.

El proceso de intervención constó de las siguientes fases y trabajos: documentación grafica de todo el proceso; fijación preventiva, mediante el empleo de cola animal y celulosa, por impregnación, y resina acrílica, por inyección; en ambos casos, aplicando calor controlado (espátula térmica); consolidación del soporte; sellado de la grieta longitudinal del cuerpo de la Virgen; reconstrucción de pérdidas; eliminación de suciedad superficial con brochas planas de cerdas suaves; limpieza química y mecánica para eliminar la suciedad y la película proteica no originales que presentaba la obra; estucado de las lagunas de color, y protección final mediante aplicación de resina de etilmetacrilato, disuelta a muy baja proporción en disolvente orgánico, y barniz de retoque de elaboración propia, ajustando los brillos en las zonas correspondientes a las carnaciones.

La reintegración cromática se llevó a cabo en zonas puntuales de la encarnadura mediante el empleo de procedimiento acuoso reversible, en primer lugar, y retoque con pigmentos al barniz, posteriormente, seleccionando los criterios de tinta plana a bajo tono (en los cuerpos), y mimético (en las carnaciones visibles).

Por último, Antonio Díaz Arnido llevó a cabo la decoración pictórica (marmoleado y dorado) de la peana no original, para conseguir una homologación artística y estilística acorde con la obra escultórica.

 

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