En esta ocasión se trata de un conjunto cargado de simbolismo, formado por dos angelotes que actúan de Cirineo ayudando a Jesús con el peso del madero. Como narra la Quinta Estación del Via Crucis, acompañando a Jesús y compartiendo el peso de la cruz, Simón de Cirene comprendió que era una gracia poder caminar junto al Nazareno y socorrerlo. Bajo la cruz y caminando hacia el Gólgota, es donde, a través de la figura del Cirineo, el cristiano comparte uno de sus mayores privilegios, ya que en el evangelio Jesús dice a sus discípulos: "El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga" (Mc 8, 34).

Por tanto, esta pareja de querubines representa a todos los cristianos y ayuda al Nazareno a llevar el peso de la cruz que carga por nuestras culpas. Ambos aparecen subidos a una peña que simboliza la colina con forma de calavera donde tuvo lugar la Crucifixión, conocida también como Monte Calvario. Uno figura aplastando al pecado, representado en forma de serpiente, y el otro venciendo a la muerte, simbolizada mediante una calavera. El conjunto está realizado en madera de cedro policromado y procesionó por las calles de Salteras (Sevilla) el pasado Martes Santo sobre el paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno, una talla original del siglo XVII.