Se trata de dos ángeles realizados en madera de cedro (110 cm), dorados en oro fino, estofados y policromados. Ambos fueron encargados por los mayordomos/as de la llamada "Cruz Calle el Pozo", del municipio onubense de Bonares, para acompañar permanentemente a la titular cruceña en su capilla, flanqueándola.

Es el trabajo más completo que ha realizado el joven escultor de Rociana del Condado (Huelva) hasta el momento ya que abarca la mayoría de las técnicas de la imaginería. En su proceso ha intervenido el dorador Francisco Javier Gutiérrez Sánchez, en la tarea de dorado, que se ha desarrollado en los movidos paños, las espectaculares alas semidesplegadas y las nubes a modo de peana -destacando en éstas últimas la utilización de oro blanco-. En las labores de estofado Parra Hernández ha contado con la ayuda y experiencia del pintor Manuel Peña Suarez, aportando su frescura a la hora de realizar dicha técnica.

Los relicarios que portan actualmente las tallas son obras del orfebre José Manuel Bernet. Decimos actualmente porque no son los definitivos. Uno lleva una reliquia de San José y el otro de la Virgen María.

Ambos ángeles poseen rostros de ambigua y notable belleza. En el que porta la reliquia de la Virgen vemos, en los extremos de las alas, una imitación a las plumas del pavo real, animal relacionado con la realeza de María. En el que porta la reliquia del santo apreciamos nardos en los estofados, flor representativa del Patriarca.