Se trata de la primera fase de un grupo escultórico del Descendimiento para la llamada Hermandad de los Armaos de El Bonillo (Albacete), formada por las figuras de Cristo y San José de Arimatea. Está previsto que la escena se complete en años venideros con las imágenes de Nicodemo y Santa María Magdalena.

La advocación del Señor es Santísimo Cristo del Amor. Tanto esta hechura como la del santo están talladas por el escultor sevillano en madera de cedro policromada al óleo. Miden 165 cm y procesionarán por primera vez el próximo Viernes Santo en un paso llevado por costaleros, algo poco habitual en la zona.

El piadoso sanedrita, concebido para vestir las ricas prendas de su rango, aferra el lienzo con que procederá a descender el cadáver de Jesús, cuyos brazos ya están desclavados del arbóreo madero. Asimismo parece llamar la atención del espectador, al que dirige fijamente su llorosa mirada, sobre tan dramáticos instantes.

Respecto a la imagen de Jesús, plasma muy bien la inclinación de un cuerpo que, al estar ya muerto, deja los esfuerzos por mantenerse fijo en la cruz. Muy rojos y anchos son los ríos de sangre que manan de las heridas. El aristado sudario forma dos moñas a los lados y cae hacia atrás dejando ambos costados al descubierto.