Santa María de Alpalante o Virgen de la Perdiz

Se trata de una pequeña imagen (27 cm) que representa a la Theotokos o Virgen María sedente, a modo de trono al rollizo y alegre niño Jesús que señala a su vez el corazón de su madre. En su mano izquierda María lleva una perdiz, ave que prolifera en la finca de la que toma su advocación y que se caracteriza por la protección que ofrece a sus crías.

La imagen, impregnada de reminiscencias goticistas, toma como referencia varios modelos marianos, dando como resultado una miscelánea de estilos que no pretende ceñirse a un modelo concreto ni recrear una obra ya existente. Estas referencias van desde las famosas Vírgenes Fernandinas hasta obras de Lorenzo Mercadante de Bretaña, pasando por las llamadas Poupées de Malines (Muñecas de Malinas).

La pieza está ejecutada en terracota policromada al óleo, simulando en su acabado pictórico y en su dorado los signos propios del paso del tiempo, tales como desgastes, suciedad o craquelado.