Los trabajos han sido realizados en la imagen gótica de la Virgen del Buen Suceso que recibe culto en el templo de Sant Nicolau de Palma. Labrada en piedra caliza policromada, data del primer tercio del siglo XIV. Desde Xicaranda se cree que podría haber sido importada por ser su material infrecuente en la zona. Quizás provenga de Francia por su morfología y la indumentaria propia de la corte francesa.

La imagen sigue el modelo iconográfico de la Madonna gótica que porta al Niño en su brazo izquierdo, más naturalista por su goticismo aunque conservado cierta ingenuidad arcaica de la etapa anterior. En este caso, además, se insiste en la divina realeza de María a través del cetro que sostiene en la mano derecha. El Niño sujeta con ambas manos un pájaro, símbolo de su presentación en el templo y de su pasión venidera.

Previamente a los trabajos, el equipo de Xicaranda Conservació i Restauració de Béns Culturals, formado por la restauradora Isabel de Rojas Cincunegui -que también ha sido directora técnica de la restauración-, la también restauradora Clara Matheu y el ayudante Àlex Serna, llevó a cabo unos estudios previos que confirmaron la existencia en las carnaciones de tres capas de policromía superpuestas bajo una gruesa capa de suciedad, que oscurecía y desfiguraba bastante los rasgos faciales. También se identificó el tipo de piedra, roca sedimentaria compuesta por calcita y dolomita, así como los pigmentos y las estratigrafías.

Los trabajos han consistido, principalmente, en una exhaustiva limpieza de la figura y en la supresión de la capa de policromía más moderna, burda y bastante mal conservada. El equipo decidió mantener la segunda capa por su calidad y por hallarse en buen estado de conservación. Para llegar al resultado actual se ha llevado a cabo una labor realmente minuciosa, básicamente empleando lupa y punta de bisturí. También se ha procedido a la reintegración de lagunas con pigmentos reversibles y a la aplicación de una protección final.

La restauración de la Virgen del Buen Suceso ha costado 4.000 euros, una cantidad sufragada exclusivamente por los devotos y feligreses de Sant Nicolau. Además de la imagen, la más antigua de un templo que data de principios del siglo XIV y sufrió grandes reformas en los siglos XVII y XVIII, se han restaurado sus preseas: la corona mural de la Virgen y la aureola del Niño. Ambas piezas son de estilo neobizantino, y fueron labradas a principios del siglo XX por el prestigioso joyero mallorquín Forteza-Rey.

Junto a la Virgen del Buen Suceso, Xicaranda ha restaurado otras obras para Sant Nicolau, caso del relieve de los Santos Cosme y Damián o la urna de la Mare de Déu Morta. Asimismo, se ha llevado a cabo la limpieza y el diagnóstico de diez retablos -cuya cronología abarca del siglo XVI al XX-, la sillería del coro y el órgano, este último una interesante obra de los hermanos organeros mallorquines Damiá y Sebastiá Caimari del siglo XVIII. Todos estos trabajos alcanzaron la suma de 15.000 euros, que también han sido aportados en exclusiva por donaciones privadas. En breve estará listo el proyecto de iluminación de la iglesia.