VICTORIO MACHO. CINCUENTA AÑOS DESPUÉS

28/07/2016


 

 

La muestra Victorio Macho. Cincuenta años después recorre la trayectoria vital y artística del insigne escultor palentino y constituye uno de los actos centrales de la conmemoración del 50 aniversario de su muerte. Organizada junto al Ayuntamiento de la capital y la Real Fundación de Toledo-Museo de Victorio Macho, está formada por un total de 68 obras, todas ellas de Victorio Macho menos un retrato al pastel que le pintó la pintora hispano-rusa Maroussia o Marusia Valero Kotowich (San Petersburgo, 1885 - Barcelona, 1955).

Junto a dibujos, bocetos, maquetas y esculturas, la exposición muestra también fotografías de algunas de las grandes obras que el artista hizo en España y en Latinoamérica, posibilitando así apreciar la monumentalidad de sus creaciones. De las 68 obras expuestas, 25 son propiedad de la Diputación de Palencia, 23 de la Real Fundación de Toledo-Victorio Macho, 19 pertenecen al Ayuntamiento de la capital y una ha sido cedida para la ocasión por la Fundación Eugenio Fontaneda.

El conjunto pretende ser un homenaje a la memoria del escultor en el que, junto a obras conocidas, el público puede ver por primera vez otras nunca expuestas y que forman parte del proceso creativo de este importante escultor palentino, hijo predilecto de la ciudad y de la provincia de Palencia.

La muestra Victorio Macho. Cincuenta años después permanecerá abierta al público en el Centro Cultural Provincial (Plaza Abilio Calderón, 2) hasta el próximo 15 de septiembre y se enmarca en los actos programados con motivo de la celebración del 50 aniversario de la muerte del escultor palentino con los que se pretende difundir tanto la obra como la figura de uno de los artistas más destacados de la primera parte del siglo XX.

 

 

Entre las obras que se pueden ver en Victorio Macho. Cincuenta años después se encuentran algunas de las adquiridas en Madrid en una conocida casa de subastas en 1993 tras el intento fallido de la Diputación y Ayuntamiento de comprarlas a la viuda del escultor años atrás.

Entre las 13 obras compradas por la Institución provincial que se pueden ver en la muestra, destaca la espléndida Cabeza de Unamuno, réplica de la perteneciente al busto monumental dedicado al escritor en el Palacio de Anaya de la Universidad de Salamanca. Por lo que se refiere a los dibujos, cabe mencionar los dos desnudos de mestizas limeñas y la cabeza titulada La Chola pertenecientes a la serie de estudios del natural para la que se valió como modelos de sensuales y raciales cholas peruanas. Buen testimonio de su maestría como dibujantes son también el Torso de hombre sentado y el Torso de hombre, magníficos apuntes de desnudo masculino que forman parte de los estudios preparatorios de uno de sus mejores monumentos levantados en América, en concreto del dedicado al general Rafael Uribe, en Bogotá. De gran interés es, asimismo, uno de los dibujos a color de su proyectado Templo dedicado a Beethoven, que muestra el interior del orquestario. Muy notable es también el dibujo de Gregorio Marañón sentado, testimonio de la gran amistad de Victorio Macho con el insigne doctor y escritor, circunstancia que decidió en parte la decisión del artista de fijar su residencia en Toledo a su regreso a España tras su exilio en América.

Entre las esculturas compradas por la Diputación destacan Busto de mujer, en alabastro y mármol, obra de 1906 realizada con 19 años de edad, retrato de una modelo que posaba habitualmente para el joven escultor, un busto muy representativo de la adscripción de Victorio Macho por esos años al llamado Realismo castellano, en la línea de lo que entonces también hacían sus amigos y coetáneos Julio Antonio y Emiliano Barral. Entre esas esculturas destacan también el boceto de La Victoria del monumento a Elcano, en Guetaria, una de sus obras más de vanguardia y de claro influjo art déco; y La Victoria alada, boceto o estudio previo para la que finalmente remataría el monumento a Grau en Lima. También de su etapa americana son La Democracia y La Libertad, estudios en bronce de las figuras colosales que componen el monumento al presidente panameño Belisario Porras. De la primera, también conocida como Eva de América, el escultor hizo una réplica a gran tamaño que emplazaría a su regreso a España en el jardín de su casa-museo de Roca Tarpeya.

Por su parte, el Ayuntamiento de Palencia compró en aquella subasta cinco esculturas y tres dibujos, algunas de las cuales figuran también en la exposición, como la Cabeza de la madre del escultor, en bronce dorado, perteneciente a la estatua sedente en piedra que se conserva en el Museo en Toledo, la obra más querida del escultor. No menos valiosa es la Cabeza de Cajal, en bronce, una de las seis que se conservan, testa preparatoria del retrato que realizó en 1923 con destino al monumento del sabio aragonés en el Retiro Madrileño. Esta pieza también se compró en Durán, en otra subasta celebrada en 2004. La mujer del cántaro, boceto en bronce de la aguadora que adorna en tamaño natural la Fuente de José Torán en Teruel, obra realizada en 1935, es igualmente, digna de mención. También es pieza a destacar el modelo de la Estatua ecuestre del conquistador Sebastián de Belalcázar, boceto del monumento realizado en los años previos a la Guerra Civil con destino a la ciudad colombiana de Popayán. Y finalmente, por lo que se refiere a esas esculturas pertenecientes a la colección del Ayuntamiento también es digna de resaltar la Cabeza de la Alegoría de la Comedia del monumento a Jacinto Benavente, en el Parque del Retiro madrileño, uno de sus últimos monumentos.

En cuanto a los dibujos de la colección del Consistorio palentino, figura en la exposición asimismo otro del teatro dedicado a Beethoven, de indudable interés, que representa el exterior del proyectado auditorio. A estas piezas se suman otras compradas con posterioridad o bien pertenecientes a la ya donación que realizó la viuda del escultor en 1995, en su mayoría escayolas, estudios y bocetos de algunos de los retratos y monumentos más representativos del artista, algunos de las cuales se han seleccionado también para la exposición.

 

 

A este conjunto de piezas conservadas en Palencia se añade una a importante selección de dibujos y esculturas traídos de la Real Fundación de Toledo-Museo de Victorio Macho, el museo dedicado al artista en Toledo. Entre los dibujos sobresalen cinco de su célebre serie juvenil Dibujos de la Raza, que el escultor realizó entre 1910 y 1915. Son fruto de sus viajes por Castilla y el norte de España, estudiando los tipos esenciales del país, al igual que hiciera Julio Antonio y otros jóvenes artistas guiados por el espíritu de la Generación del 98.

También ponen de relieve esa interesante faceta de dibujante que siempre tuvo Victorio Macho otros dibujos venidos de la colección de Roca Tarpeya, como el Retrato de Valle Inclán, estudio para la cabeza escultórica del escritor que se conserva también en el Museo de Toledo y uno de cuyos ejemplares fue destinado a la Academia Española de Bellas Artes de Roma. Tampoco se puede obviar el impresionante dibujo de Galdós muerto, sobrecogedor y emotivo apunte tomado del insigne escritor canario en su lecho de muerte el 4 de enero de 1920. Exponentes de su maestría y habilidad en el tratamiento del desnudo, tanto femenino como masculino, sin olvidar tampoco algún que otro infantil, son el espléndido de La Diosa, que evoca las Venus arrodilladas griegas o el delicioso de un niño limeño de espaldas, titulado El Cholito.

También se han traído de Toledo algunos de los estudios preparatorios de sus más famosos monumentos, tanto de los realizados para América (Fuente de Uribe) como uno de los bocetos ejecutados 35 años después para la que fue su más celebrada creación monumental: la Fuente de Cajal para el Retiro Madrileño.

Por lo que a las esculturas se refiere, en el Museo de Roca Tarpeya se encuentra, entre otras, una de sus mejores obras de juventud, perteneciente al grupo de retratos de tipos populares muy representativos del Realismo castellano. Se trata del delicado busto de un niño gitano, Danielillo, evocador de la escultura del Quattrocento florentino, del que se puede ver un boceto preparatorio de la Diputación de Palencia. A este grupo de retratos de su primera etapa corresponde también el Marinero vasco, de la colección Fundación Fontaneda, variante en busto corto y sin ojos de pasta vítrea del magnífico ejemplar del mismo título conservado en Toledo.

Volviendo a las piezas procedentes de la Real Fundación de Toledo-Museo de Victorio Macho, igualmente son de destacar algunos retratos de miembros de la familia del artista, como su madre y sus dos esposas. Pero aparte, Victorio Macho es recordado por una serie de magníficos retratos de sus amigos intelectuales, sobre todo pintores y escritores de su tiempo, con los que compartió inquietudes y tertulias. Entre los primeros, es muy expresiva y enérgica la testa de marcadas y angulosas facciones del elegante retratista vallisoletano Anselmo Miguel Nieto. De sus años en América, es una pieza muy singular la cabeza del arqueólogo Julio C. Tello, descubridor de la cultura peruana Paracas, al que conoció y trató en sus años en Lima.

 

Fotografías de Cope Palencia

 

Horario: lunes a sábado, de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 horas; domingos y festivos, de 11:00 a 14:00 horas.

 

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