Cristo de la Misericordia

El joven escultor de Calasparra (Murcia) entregó el pasado 2 de marzo una nueva talla para la Casa Madre de la Misericordia, de los Esclavos de María y los Pobres, en Alcuéscar (Cáceres). Se trata de un Crucificado de tamaño natural, tallado en madera de cedro (tanto el Cristo como la Cruz) y representando aún vivo, dialogando con el espectador. Está clavado sobre una bella cruz arbórea, embellecida por el recurso de mostrar dorados los trozos del santo leño que han quedado descubiertos al desprenderse la corteza.

Posee diversos rasgos que lo acercan a una de las inspiraciones del autor: la imaginería levantina del barroco; pero en esta ocasión más tendente al neoclasicismo que empezó a imperar a finales del siglo XVIII tanto en imagineros murcianos como levantinos o valencianos. Esto se aprecia en las formas armoniosas y simétricas de su blanca anatomía, en la aparición casi testimonial de la sangre, en la viva policromía azulete del paño de pureza y en la elegancia alejada de los afectos dramáticos y desgarradores propios de otras escuelas.

Lo más importante de este nuevo Crucificado es algo que Juan José Páez viene imprimiendo a sus obras desde sus comienzos y que, poco a poco va consiguiendo con mayor rotundidad: la unción necesaria para que la obra artística pase a convertirse en imagen sagrada. Esta impresión no todos los artistas tienen la suerte de poder transmitirla, y nuestro artista calasparreño la centra sobre todo en la mirada penetrante, directa, incluso tierna, que el Crucificado dirige hacia el fiel que lo contempla.

Un muy cuidado y suave modelado y la utilización inteligente de los aditamentos propios de la cultura imaginera española (pestañas postizas, corona de espinas natural, potencias de orfebrería, etcétera), completan esta obra que, sin duda, habrá colmado las expectativas de los fieles que la van a venerar.

Las potencias del Crucificado han sido cinceladas por Orfebrería Murciana. En esta misma página pueden contemplar otras tres piezas en alpaca plateada cincelada y repujada a mano por dicho taller: una corona de San José con rocallas en el exterior y una cruz arropada por azucenas en su centro; unas potencias tipo sol de Niño Jesús con rayos rectos, centro de nubes rodeando el emblema JHS, cruz en la parte superior y tres clavos en la inferior, y una diadema mariana con rayos rectos y rocallas, así como engarces de pedrería de Swarovski.

Fray Leopoldo de Alpandeire

Esta efigie del beato andaluz, retrato fiel del natural por petición de los comitentes, es una obra conjunta del autor y su hermano Manuel. Se trata de una imagen a tamaño natural para vestir, de las denominadas "de pijama", tallada en madera con las carnaciones policromadas al óleo.

Fray Leopoldo muestra la típica expresión amable. Con la mano derecha sujeta un zurrón mientras extiende un pan al necesitado con la izquierda. Su destino es la Parroquia de San Juan Bautista del municipio almeriense de Roquetas de Mar en Almería, donde fue presentada y bendecida el pasado 6 de febrero e hizo su primera salida procesional tres días después, gozando de una gran aceptación por parte de la feligresía.