NUEVA OBRA DE JUAN JOSÉ PÁEZ ÁLVAREZ

Con información de Jesús López Alfonso (22/09/2013)


 

 

Tras quince años en los que la Hermandad de la Expiración del municipio almeriense de Roquetas de Mar solamente veneraba al Crucificado titular que labrase Jesús Curquejo, se decidió por unanimidad encargar una Dolorosa al escultor de Calasparra (Murcia) Juan José Páez, que con su trabajo ha sabido plasmar los deseos de dicha corporación, que deseaba una imagen acorde con el carácter sobrio y penitencial de la misma.

La nueva Virgen, cuya advocación es Nuestra Señora de las Lágrimas, ha sido bendecida en la parroquia roquetera de San Juan Bautista. Se trata de una escultura que sigue el esquema creado por el célebre artista Gaspar Becerra con la Virgen de la Soledad de la Victoria de Madrid, encargada por la Reina Isabel de Valois en 1560; es decir, arrodillada, con las manos juntas y la cabeza ladeada.

El rostro se inspira en los famosos modelos del maestro granadino José de Mora, siendo alargado, con la mirada ensimismada, cejas contraídas, nariz recta y boca cerrada, recorriendo sus mejillas cinco lágrimas de cristal. Queda enmarcado por dos guedejas de cabello tallado, bajo las que asoman los lóbulos de las orejas.

La encarnadura es pálida, con rojeces alrededor de los ojos y en la nariz provocadas por el llanto. Todo ello aporta a la imagen ese toque clásico granadino por el cual la Hermandad de la Expiración ha querido apostar, ya que se consideró más propia del oriente andaluz la recreación de un modelo de esta escuela.

Las manos juntas y el gesto de dolor contenido dan mayor sensación de abatimiento, aportándole gran unción y espiritualidad al simulacro mariano, tal cual era el propósito de la hermandad. Una imagen que inspire devoción y lleve a sus fieles a la meditación de los Dolores de María en la Pasión de Jesús. El autor no se limita a la simple complacencia de un rostro bonito, sino que ofrece una imagen bella a la par que sufriente.

La incorporación de esta talla a la Semana Santa de Roquetas de Mar supone un enriquecimiento de la misma, así como de la Semana Santa de la provincia de Almería en general, puesto que se ha apostado ante todo por una escultura de calidad, con la que Juan José Páez Álvarez se mantiene fiel a los esquemas propios de la imaginería barroca española, huyendo de toda hermosura gratuita y superficial.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.

 

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