Imagen de la Virgen de la Piedad realizada por el imaginero de Calasparra (Murcia) para un oratorio privado del municipio murciano de Villanueva del Río Segura. Se trata de una obra de tamaño académico (el Cristo mide 87 cm, la Virgen 80 cm y los angelitos 25 cm) en madera policromada al óleo para vestir.

La Virgen lleva cuatro lágrimas de cristal y pestañas superiores de pelo natural. También cuenta con otro candelero para ponerla erguida y un juego de manos entrelazadas. Sujeta el cadáver de Jesús, que se resbala de su regazo, mientras mira al cielo con gesto dolorido y abre los brazos para subrayar su desolación ante el cuerpo muerto del Hijo. Dos ángeles sostienen la mortaja, figurando frente a uno de ellos el martillo utilizado para la Crucifixión y los dados con que los soldados se jugaron las ropas de Jesús.

Por petición expresa del cliente, la efigie mariana reproduce los modelos de la Mater Dolorosa impuestos por el maestro Francisco Salzillo, mientras que la composición e imágenes del Cristo y los ángeles son de libre interpretación del autor, pero dentro de la línea de la imaginería característica de la Región de Murcia.