La última obra de Santiago Nuevo Peña es una escultura sacra titulada "Destino" o "Jesús en el desierto", realizada a tamaño natural en barro cocido (terracota). En este caso, el artista madrileño ha preferido respetar la sencillez del material y la ha dejado sin policromía alguna.

Como suele ser habitual, Nuevo Peña intenta transcender el tema religioso que trata para abarcar arquetipos más universales. Adquiere por ello la figura un trasfondo de gravedad existencial, donde se da protagonismo a la densidad del pensamiento de Jesús sin tener que recurrir a la sobreactuación.

Una escultura que su autor adjetiva como neosimbolista, pues resalta el peso de las meditaciones de Cristo, ceñido casi a un busto parcialmente cubierto por el turbante suelto, frente al cuerpo que la sustenta. El mundo físico sometido al espiritual con el fin de reflejar una dimensión superior.