PROTECCIÓN DE BIC PARA EL SAN PEDRO PENITENTE PINTADO POR MURILLO

24/05/2022


 

 

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha acordado inscribir, a instancias de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico (CGPHA), como Bien de Interés Cultural (BIC), con la tipología Mueble, la obra de Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla, 1618-1682) denominada San Pedro penitente de los Venerables, ubicada en la ciudad de Sevilla.

En esta obra, donde la iluminación es uniforme pero con marcados contrastes, Bartolomé Esteban Murillo proyecta primero el celaje y los fondos sobre el medio tono de la preparación, que tiene un color grisáceo. Después encaja la figura en la zona que ha dejado reservada para ello, la penumbra de la gruta, resaltando del fondo por su pincelada mucho más empastada.

El San Pedro penitente de los Venerables constituye una de las cimas artísticas de la producción del maestro barroco Bartolomé Esteban Murillo, presentando valores culturales acreditados y relevantes que justifican su inclusión en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA) con la máxima figura de protección, la de Bien de Interés Cultural (BIC).

Pintado hacia 1675 por encargo del canónigo Justino de Neve, este óleo sobre lienzo permaneció en Sevilla hasta el año 1810, cuando fue expoliado durante la invasión napoleónica, regresando a España en 2014. Realizado durante el periodo de madurez del artista, el cuadro se encuentra en el Hospital de Venerables Sacerdotes de Sevilla, ubicación original a la que volvió hace ya ocho años.

La importancia de esta pintura en el conjunto de la obra artística de Murillo le confiere un doble valor al bien cultural que justifica suficientemente su protección al tratarse de un ejemplo iconográfico único en la producción de Murillo, que aúna el barroquismo de los modelos compositivos de Ribera con la ternura y suavidad del colorido de Murillo, y además, por ser una obra llena de simbolismo, por estar dedicada a la penitencia y al arrepentimiento, que se halla directamente relacionada con el lugar para el que fue creada.

La pincelada es muy versátil, y es la protagonista de su estilo. Con el pincel cargado modela las carnaciones, marcándose la huella del pincel. Consigue los efectos etéreos en el paisaje diluyendo su carga, y alcanza las transparencias de los fondos licuando al máximo el pigmento. Los toques finales los hace Murillo con pinceladas secas que marcan los puntos importantes de luz.

La obra representa al apóstol San Pedro como primer sacerdote de la iglesia, justo en el templo del hospital de Venerables, dedicado al cuidado de los sacerdotes ancianos. El lienzo, expoliado en su día y restituido al lugar donde fue legado y donde tuvo una funcionalidad religiosa, social y cultural, estaba rodeado por una importante moldura tallada con calados, conservada todavía hoy en su altar de la iglesia de los Venerables.

Murillo trabajó por capas, superponiendo las claras sobre las oscuras, para hacer que se aprecien los contornos. El modelado de rostro y manos es más pastoso que el del manto. A su vez las telas son más empastadas que el fondo. El efecto oscuro de la gruta se consigue con una pincelada muy homogénea y poco marcada.

 

Especial relacionado en este

 

Volver         Principal

www.lahornacina.com