OBRAS MAESTRAS DE PINTORES MURCIANOS

Con información de María Teresa Martín y Antonio Gómez Fayrén (24/12/2014)


 

 

Ayer se inauguró en el Museo Salzillo de Murcia (Plaza de San Agustín, 3), a las 19:00 horas, una exposición de pinturas de pintores murcianos de los siglos XVIII, XIX y XX, titulada Obras Maestras de Pintores Murcianos: Colección Ángel Tomás. Se podrá contemplar en la sala de exposiciones temporales hasta el 22 de febrero de 2015, en horario de 10:00 a 17:00 horas (lunes a sábado) y de 11:00 a 14:00 horas (domingos y festivos).

Se trata de una exhibición de treinta y seis pinturas de artistas murcianos del siglo XIX y principios del XX, propiedad de la Fundación Ángel Tomás. Ángel Tomás Martín es un industrial murciano, hijo del pintor Ángel Tomás (1898-1978), compañero de muchos de los pintores de la generación de los años 20, que tuvo que dejar la pintura para seguir con el negocio familiar, vocación a la que volvió al cabo de los años.

Esta muestra antológica permitirá el estudio de obras maestras de los siglos XIX y XX; de hecho, algunos de los pintores que están presentes en la muestra fueron amigos del pintor Ángel Tomás, que como hemos dicho tuvo que abandonar el arte de la pintura por voluntad de sus padres. Este patrimonio histórico-artístico, que estas Navidades puede disfrutarse en Murcia junto con las magistrales esculturas de Francisco Salzillo, se hubiera dispersado de no haber sido por la sensibilidad cultural de la familia Tomás.

La exposición está comisariada por María Teresa Marín, directora del Museo Salzillo, quien además ha escrito los textos del catálogo junto con el periodista murciano Pedro Soler. Se han seleccionado obras de pintores murcianos que trabajaron en Murcia o fuera de Murcia desde finales del siglo XVIII hasta comienzos del XX. Ese trazo se inicia con un cuadro de un artista casi contemporáneo a Salzillo: Sagrada Familia de Senén Vila (1640-1707), pintor valenciano que trabajó la mayor parte de su vida en Murcia y que formó al maestro de dibujo del escultor, el presbítero Manuel Sánchez. El cuadro muestra la ternura de un San Juanito que besa el pie del Niño Jesús, al que María amamanta mientras San José contempla la escena, dentro de un paisaje crepuscular tan habitual en la pintura de Senén. Una escena impregnada de sencillez e intimidad.

Los pintores del siglo XIX son los grandes protagonistas de esta exposición, que transita desde el barroco de Senén al romanticismo nazareno de Germán Hernández Amores (1823-1894), cuya obra está representada por seis cuadros. Obras Maestras de Pintores Murcianos: Colección Ángel Tomás cuenta también con piezas sacras de Hernández Amores, como el Crucificado velazquiano o la Tentación de San Antonio. Hernández Amores era uno de los pintores más reconocidos en la España de su tiempo por su maestría en el dibujo, sus composiciones severas, sus personajes ensimismados, su sobrio colorido y su equilibrio clasicista.

En la exposición también están presentes pintores de la talla de Luis Ruipérez (1834-1867), con una magnífica batalla que bien pudiera ser la de Rocroi, demostrando las cualidades que destacó Andrés Sobejano del pintor; como sus extraordinarias facultades y perfecciones de técnica sabia. Otros pintores del siglo XIX presentes en la muestra son Adolfo Rubio, Manuel Picolo, Enrique Atalaya, Alarcón, Séiquer, Meseguer, el mencionado Sobejano o De la Torre. De Inocencio Medina Vera, que franquea el costumbrismo con una mirada más moderna y que se detiene en la vida de las gentes más sencillas dentro de una plástica muy poética, se ha seleccionado el retrato de un gaitero que sobresale por una intensa mirada.

La exposición se cierra con pintores de la generación de los años 20 que supusieron nuevas y rupturistas formas, como Pedro Flores, Victorio Nicolás o el propio Ángel Tomás. Todo un acto creativo que se torna en homenaje emotivo y necesario a la figura de un padre cuya vocación frustrada había que compensar en cierto sentido. 

 

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