La Fundación Cajamurcia, en su compromiso con la promoción y difusión del arte y la cultura, ha puesto en marcha un interesante ciclo titulado El Privilegio de la Mirada, con el que dicha institución pretende enseñar a mirar una obra de arte, interpretando y contextualizando una pieza maestra original a través de reproducciones gráficas, textos y otros recursos expositivos.

Este ciclo, que tiene como marco de excepción la Sala Cajamurcia Belluga, se inicia hoy con una muestra cuyo eje central es el cuadro titulado Curación del Paralítico (imagen superior), del pintor Pedro Orrente, una pieza de la Fundación Cajamurcia que ahora puede ser admirada de cerca por todas aquellas personas que deseen profundizar en la figura y obra de uno de los artistas murcianos más internacionales, cuyas creaciones están presentes en los principales museos de España y del mundo.

Además, los visitantes pueden adentrarse en la creación artística de Orrente a través de reproducciones gráficas de sus cuadros más conocidos y de los textos de dos expertos en Historia del Arte, los profesores Elías Hernández Albaladejo y Cristóbal Belda Navarro, quien además es coordinador del ciclo y director del Proyecto Huellas, programa de recuperación, puesta en valor y difusión del patrimonio histórico-artístico en el que se engloba esta nueva iniciativa de la Fundación Cajamurcia.

El pintor Pedro Orrente (Murcia, 1580 - Valencia, 1645) repartió su actividad artística entre su ciudad natal, Valencia, Toledo y la Corte, donde alcanzó un gran reconocimiento y se relacionó con Angelo Nardi, Eugenio Caxés y el activo grupo de pintores cortesanos del primer Barroco. En 1605 viajó a Italia para completar su formación junto a Leandro Bassano, quien tendrá una gran influencia en su obra.

Orrente es considerado uno de los grandes valores del naturalismo español y el reflejo de las tendencias venecianas representadas por Bassano. En sus obras, las luces crepusculares y el peculiar tratamiento de los temas religiosos son interpretados como escenas de la vida cotidiana.

El pintor murciano convierte las estampas evangélicas en una variedad de género, en la que yuxtapone lo anecdótico y lo trascendente tanto en los tipos humanos como en los objetos de la realidad, destacando la actitud espontánea de los personajes y la elección de los atuendos.

Su obra pictórica se encuentra presente en los más prestigiosos museos y espacios culturales de España y del mundo. En el ámbito nacional se puede admirar, entre otros, en los Museos de Bellas Artes de Bilbao, Granada y Murcia, en las catedrales de Valencia y Toledo, en el Palacio Episcopal de Orihuela, en el Consejo Superior de Estado (Madrid) y en el Gremio de Fabricantes de Sabadell; aunque es el Museo Nacional del Prado el que guarda el lote más numeroso de pinturas y de dibujos entre temas bíblicos y de género. Ya fuera de nuestras fronteras, el prestigioso Museo del Hermitage de San Petersburgo alberga una de las creaciones más conocidas del pintor murciano, El Milagro de los Panes y de los Peces.