RESTAURACIÓN EN MURCIA DE UN RETABLO DE PAOLO SISTORI

Texto y fotografías de Alejandro Romero Cabrera (27/06/2009)


 

 

 

Dentro de la segunda fase de restauración del conjunto pictórico-mural de la Parroquia de Santa Eulalia de Murcia, realizado entre los años 1780 y 1781 por el artista italiano Paolo Sistori, acaba de ser estrenada la restauración del retablo de la venerada imagen de la Virgen de la Candelaria.

Dicho retablo fingido está situado en el frente principal del brazo derecho del transepto y, como el resto de retablos del mismo, está pintado con la técnica del trampantojo sobre grandes sargas clavadas al muro. En su origen, este retablo estaba presidido por una imagen de la Dolorosa, pero en la actualidad es la Virgen de la Candelaria, obra de Francisco Salzillo y de una gran devoción en Murcia, la que ocupa su hornacina. La Señora, protagonista de las multitudinarias Fiestas que se celebran cada mes de febrero en su honor y en el de San Blas, es pieza de vestir cuyo camarero y vestidor es el historiador del arte José Cuesta Mañas.

La restauración de todo el conjunto de perspectivas fingidas de la Iglesia de Santa Eulalia fue solicitada por la Parroquia a la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, quien la está llevando a cabo en sucesivas fases de actuación.

 

 

Este retablo era el que en peor estado de conservación se encontraba y, tras las magníficas labores de restauración, ha recuperado el colorido de sus policromías originales así como la línea de sus volúmenes. Los lienzos del zócalo que hacía de base han desaparecido por completo, debido a los diversos avatares sufridos en su historia, la intensa humedad de Murcia y la delicadeza de los materiales. Por tanto, han sido reproducidos de forma neutra siguiendo la línea marcada por las columnas del cuerpo central, con la misma técnica del resto del retablo, a base de sargas clavadas al muro, consiguiendo así recomponer la percepción visual completa del retablo.

La hornacina es completamente moderna (de mediados del siglo XX). Enmarcada por la obra de Sistori, se estructura por un pórtico exástilo con columnas de orden compuesto que sostienen un entablamento decorado con guirnaldas floridas y un frontón curvo (en el que aparece un corazón ardiente con corona de espinas, muestra de que alguna vez fue ocupado por un Sagrado Corazón de Jesús). Sobre el frontón, aparece un erizado de ángeles “en blanco” que sostienen símbolos de la Pasión, como la caña con la esponja y la lanza. Por fin, en el ático aparece un tondo ovalado con la siguiente leyenda: “posuit me desolatam, tota die moerore confectam” (“me dejó abandonada, durante todo el día desolada por la tristeza” -Lamentaciones, 13-), alusiva a la Dolorosa que presidía el retablo.

En sucesivas fases, se irán restaurando el resto de retablos que quedan en el transepto del templo de Santa Eulalia: los de San Blas, también de Salzillo, la Virgen Gloriosa y el Santísimo Cristo Resucitado.

 

 

 

Nota de La Hornacina: Alejandro Romero Cabrera es Historiador del Arte e integrante de la
Comisión de Fiestas de San Blas y Nuestra Señora de la Candelaria (Barrio de Santa Eulalia-Murcia).

 

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