José Luis Delgado Blanco - Pintura

Pintura para el cartel oficial que anuncia la Romería de Nuestra Señora de los Clarines, patrona del municipio onubense de Beas. Se trata de una obra que transmite el color y el calor de una fiesta estival plena de colorido y tradición. Enmarcada en una enorme orla decorativa y ocupando el espacio central, el autor nos presenta la talla de Nuestra Señora de los Clarines -obra de Antonio Castillo Lastrucci con el Niño de la imagen antigua- de medio cuerpo, vestida con saya blanca y manto burdeos. Aparece situada en una postura de tres cuartos para crear profundidad e introducirnos en la escena de romería que tiene lugar detrás de la Virgen.

En la parte inferior aparece una nao que llevó el nombre de la advocación y simboliza el título que ostenta la Señora de "especial abogada de los navegantes", el cual puede leerse en la filacteria que inicia su recorrido en la parte inferior del barco. Asimismo, rememora un tiempo pasado vinculado al mar, quizás por ser este el santuario mariano más cercano al puerto de San Juan. Existen numerosos documentos de marineros que dejan todo o parte de sus testamentos para misas ante la Virgen de los Clarines por el descanso de sus almas.

Otros elementos son el escudo de la hermandad y la imagen de la Virgen de los Clarines de la ciudad que lleva su nombre en Venezuela. Este simulacro mariano fue realizado en España y llevado hasta Venezuela en la expedición al mando de Francisco de Vides. El autor lo ha incluido como símbolo del hermanamiento que se realiza entre la localidad de Beas y Clarines de Venezuela, que este año cumple su XX aniversario.

Por último, podemos observar en la parte superior del cartel elementos ornamentales de naturaleza vegetal que aluden, por un lado, a la riqueza de la tierra representada en las ramas de olivo, y por otro, al árbol en el que tuvo lugar la aparición de la Señora: una higuera que, durante siglos, ha seguido brotando por debajo de su camarín y que, después de muchos intentos de extinguirla, ahora brota por la ventana del mismo.

Pablo Lanchares - Escultura

Nueva obra mariana para un oratorio particular en el barrio sevillano de Triana. Labrada en barro y en formato de busto, está modelada completamente (anatomía y paños) con una altura de 45 cm. Estucada y policromada al óleo al pulimento mate. Lleva postizos de lágrimas de cristal fundido y pestañas de pelo natural.

Los cánones estilísticos seguidos por el joven artista han sido los imperantes en la escuela sevillana durante los siglos XVIII y XIX, recordándonos su impronta a la Virgen de las Aguas de la Hermandad del Museo de Sevilla (Cristóbal Ramos, 1772) aunque con un sabor muy personal ya reconocible pese a su corta trayectoria.

(Fotografías de Alejandro Grande Martínez)

Orfebrería Murciana - Platería

Hablamos de tres piezas realizadas en alpaca plateada, cincelada y repujada a mano, para la cofradía murciana del Santísimo Cristo de la Esperanza de Murcia. Han sido diseñadas por Luis Alberto Pina.

La madera de la cruz de guía que abre el cortejo procesional es de cedro real teñido. Lleva medallones alusivos al escudo de la corporación, los instrumentos de la Crucifixión, los acrósticos INRI y JHS, el pelícano como símbolo del amor, la palma del martirio y el Cordero Pascual.

Las otras dos piezas, unas potencias del Cristo y un halo o aureola para la efigie de Santa María Magdalena, corresponden al paso procesional titulado del Arrepentimiento y Perdón de María Magdalena.