NUEVAS OBRAS DE ESCULTURA SACRA

Con información de Sergio Cabaco, Jesús Abades y sus autores (12/03/2024)


 

     
     
 
     
     
 
     
     

 

Javier González Castellano

Ecce Homo de 50 cm en barro cocido y policromado, mostrando un contraposto seccionado a la altura del pubis. Escenográficamente, esta representación pasionista de Jesucristo se halla situada en el momento en que es presentado al pueblo por Poncio Pilato; concretamente, cuando el prefecto romano se lava las manos y muestra al reo a la plebe una vez ha sido torturado, con la corona de espinas sobre su cabeza, maniatado y con la caña entre sus manos.

La obra del joven discípulo de Juan Bautista Jiménez está dotada de ojos de cristal pintados a mano y pestañas superiores de pelo natural. Los entreabiertos labios dejan ver los dientes y la lengua en su interior. Lleva también corona de cuerda encolada y espinos silvestres. La vara es de cáñamo natural. El sudario de tela encolada recrea los antiguos tejidos hebreos. Lo completa un juego de potencias en metal dorado y pulido, realizadas por Antonio José Pérez.

 

     
     
 
     
     
 
     
     

 

Juan José Postigo Lobato

Dolorosa con una altura de 65 centímetros, cuyo destino es una colección particular. Su joven autor es malagueño, y además de la imaginería, también se dedica al dorado y es técnico superior de Restauración.

Esta imagen de candelero para vestir rememora las magníficas talla del entorno malagueño del siglo XVIII, como María Santísima de la Encarnación (Hermandad de los Dolores del Puente, Málaga), atribuida por Jesús Romero Benítez al célebre artista antequerano Antonio del Castillo (hacia 1680-1700).

La Virgen inclina ligeramente la cabeza y mantiene la mirada baja, transida y absorta en lo más íntimo de su aflicción, al tiempo que une sus manos fuertemente en señal de oración ante la pasión y muerte del Hijo.

 

     
     
 
     
     
 
     
     

 

José María Bonilla Garrido

Nuevamente tratamos la iconografía del Ecce Homo, en este caso por el joven escultor e imaginero jiennense, afincado en Sevilla. La obra, de 80 cm de altura, también ha sido labrada en terracota policromada al óleo, mostrándose aquí sedente tras la flagelación y con los atributos de la clámide, la corona de espinas y la caña, lo que la acerca también al pasaje del escarnio o la burla hacia Cristo por parte de sus verdugos.

Esta obra será expuesta del 24 al 31 de marzo en el n º 22 de la calle Francos de la capital hispalense, coincidiendo con sus famosas procesiones de Semana Santa. Presenta una fisonomía muy peculiar, lo que unido a sus aditamentos, tan singulares como llamativos (nimbo, corona de espinas y clámide con broche), acerca la imagen a la idiosincrasia del barroco colonial, heredero en su mayoría de los grandes maestros andaluces.

 

     
     
 
     
     
 
     
     

 

Enrique Calero

Imagen de candelero y a tamaño natural con la advocación de Nuestra Señora del Rocío, realizada por el escultor e imaginero sevillano para ser la titular mariana de la Agrupación de la Entrada de Jesús en Jerusalén (La Borriquita) del municipio de La Puebla del Río (Sevilla).

De cara al acto de presentación y bendición, esta última obra de Enrique Calero, vestida por Jesús Díaz Lora, lució prendas de veneradas imágenes: corona de salida del Carmen de San Leandro (Sevilla), manto bordado de la Virgen del Rocío, dolorosa titular de la popular hermandad sevillana de la Redención, y una saya bordada que forma parte del ajuar de la Virgen de la Granada, patrona de La Puebla del Río.

Su autor la ha concebido con la dulzura de una mujer joven e idealizada, contenida en su dolor tras la partida de Jesús, con la policromía de tonos nacarados y buscando siempre la unción debida hacia sus feligreses. Las manos, extendidas, portan los atributos del rosario y la azucena, símbolo de la pureza de María.

 

     
     
 
     
     
 
     
     

 

Alejandro Paneque

El escultor e imaginero malagueño presenta dos obras. Por un lado, una imagen de San Blas para devoción particular, de bulto redondo para vestir y con una altura de 1 metro, tallada en madera de cedro y policromada al óleo, con pestañas de pelo natural y ojos de cristal verdes realizados y policromados su autor. Muestra al santo bendiciendo mientras sostiene el báculo propio de su condición de obispo. La peana, también en cedro, está marmoleada en tonos anaranjados.

Por otro lado, una copia del Señor del Rescate de Granada (atribuida a Diego de Mora, 1718), también para devoción particular. Mide 80 cm y presenta características similares: bulto redondo para vestir, cedro policromado al óleo, ojos de cristal policromados por Paneque y pestañas superiores de pelo natural. La lengua y los dientes tallados están tallados en el interior de la mascarilla. Tiene la peculiaridad que la cabellera tallada puede ser retirada para adaptarle pelo natural.

 

 
     
     
 

 

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