NUEVAS OBRAS DE PINTURA Y ORFEBRERÍA SACRA

Con información de Sergio Cabaco y sus autores (20/11/2023)


 

Nota de La Hornacina: noticia ampliada el 28/11/2023.

 

 

Jorge Cabrera

El fotógrafo y pintor ha realizado el XIII cartel de las Fiestas Patronales de la Inmaculada Concepción de Morón de la Frontera, con la Inmaculada como icono central, patrona de dicha localidad y titular de la asociación de fieles que lleva su nombre, inspirándose en los grandes pintores del barroco español como Zurbarán, Murillo o Velázquez.

La pintura ha sido realizada al óleo sobre tabla, con unas dimensiones de 100 x 70 cm. Se presenta con un marco de pan de oro (120 x 90 cm con el mismo), lo que contribuye a darle un aspecto más barroco.

La imagen de la Inmaculada, retrato de la talla roldanesca del siglo XVIII aparece casi sin adornos, luciendo únicamente una pulsera barbada en su mano derecha, la medalla de Morón en su pecho y un aro de doce estrellas sobre su cabeza. Se posa sobre una nube densa, donde aparecen tres querubines alados, inspirados en los que realmente tiene la talla, los cuales la sustentan dándole más altura y a la vez más protagonismo.

Cabrera reproduce también el rico estofado de la figura, reafirmando el realismo de su última obra pictórica, en la que predominan los tonos tierra y ocre, dándole así un contexto propio de su condición de Mujer Apocalíptica, con nubes que se retiran para dar paso al sol que ilumina, a la vez que enmarca, la silueta de María.

 

 

Juan José Rodríguez

Obra que participa en la exposición Renovatio. Percepciones artísticas en torno a Marchena y su Patrona, organizada por la Archicofradía y Real Hermandad del Santísimo Cristo de San Pedro, María Santísima de las Angustias, Nuestra Señora del Santísimo Rosario y San Juan Evangelista (Marchena, Sevilla).

Con esta pieza (óleo sobre lienzo, 92 x 65 cm) el joven artista muestra su propia interpretación sobre el relieve que podemos contemplar en la parte superior del retablo del último tercio del siglo XVIII que se halla presidido por la imagen de la Virgen del Rosario, patrona de Marchena. Dicho relieve representa el encuentro entre San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán, presidido por la Virgen del Rosario, que según la tradición tuvo lugar en el siglo XIII en la ciudad italiana de Bolonia.

Para su ejecución, toma como referente el estilo de Bartolomé Esteban Murillo, envolviendo la escena en el aura tenebrista y naturalista que distingue al maestro del barroco sevillano y que Rodríguez siempre pretende conseguir en su producción. Por último, ha enmarcado el pasaje con una orla de rosas, aludiendo a la letanía mariana que da título al cuadro: Rosa Mística.

 

 
 

 

Fernando Vaquero

La obra El último Descendimiento (óleo sobre lienzo, 139 x 76 cm) del reconocido pintor recrea, con carácter figurativo e historicista, el último "Ritual del Descendimiento" que la hermandad cordobesa del Santo Sepulcro llevó a cabo en su antigua sede canónica: la desaparecida capilla que tenía en el convento de Puerta Nueva, regentado por los padres carmelitas calzados de la antigua observancia. Una pintura realizada con motivo del 450 aniversario de la aprobación, en 1573, de las primitivas reglas de dicha corporación de penitencia, aunque la misma ya había sido fundada con anterioridad. El referido acto, de gran simbolismo y plasticidad, se celebraba cada Viernes Santo, justo antes de la salida procesional, para lo que se construía en el presbiterio un entarimado cubierto con un paño negro, sobre el que se recreaba el monte Calvario con lentisco, cañas y tornizos recogidos de la sierra cordobesa. Sobre este monte, las tallas del Cristo y los ladrones crucificados, rodeadas por hermanos de la cofradía, vestidos con ropas históricas para representar a los santos varones que descendieron el cuerpo de Jesús, mientras un fraile carmelita narraba la escena desde el púlpito.

Para la localidad de Lucena (Córdoba), Fernando Vaquero ha realizado el cartel del 425 Aniversario de la Hermandad de Jesús Nazareno de Lucena (óleo sobre lienzo, 130 x 97 cm). Esta pintura, de marcado carácter tenebrista, recrea la escena del encuentro del Nazareno con las santas mujeres camino del Calvario, en la conocida como "calle de la amargura" y con la soldadesca al fondo. La imagen de Jesús es un retrato del titular de la cofradía -talla relacionada con Diego de Siloé, si bien posee notables semejanzas con dos obras granadinas de la década de 1520 que se atribuyen al escultor de origen florentino Jacobo Torni: el Crucificado de San Agustín y el Cristo del grupo del Santo Entierro que se conserva en el Museo de Bellas Artes de la ciudad-, incluyendo dos piezas de su rico patrimonio: la cruz cincelada en plata de ley con formas hexagonales por el taller Castillo y Costi (1893) y la túnica bordada en oro "de las uvas" del siglo XIX.

 

     
     
 
     
     

 

Adán Jaime

Diadema en metal plateado, perlas y nácar para María Santísima del Amor (Antonio Dubé de Luque, 1981), titular mariana de la emblemática cofradía malagueña de Jesús "El Rico", que cada Miércoles Santo libera a un preso gracias a la pragmática del monarca Carlos III. Se trata de un regalo de los hombres de trono de la dolorosa, con motivo del centenario del cambio de advocación que se está actualmente celebrando.

El diseño de la pieza es obra del pintor, diseñador y compositor Pablo Cortés del Pueblo. Aunque se inspira en las clásicas ráfagas de nubes y rayos dieciochescas, tiene un estilo más ecléctico, mezclando el Barroco junto al Romanticismo y su influencia oriental, muy presente en el siglo XIX. Ha sido elaborada minuciosamente por el orfebre malagueño mediante repujado y cincelado artesanal, siendo acabada con técnicas de joyería.

La diadema se compone de una tiara decorada con perlas y nácar que descansa sobre un "cumulonimbos arcus" del que nacen rayos rectos y flamígeros rematados por doce estrellas, en alusión a la lectura del Apocalipsis de la que bebe tradicionalmente la representación de los atributos de la Inmaculada Concepción, simbología muy presente en dicha corporación de penitencia. Como remate, la cruz de Santiago, en alusión a la sede canónica de Jesús "El Rico".

 

 
 

 

Álvaro Martínez

Esta obra del artista e historiador lleva por título Copia del Verdadero Retrato de la Virgen de la Soledad. El original es una obra anónima del siglo XVIII de notable calidad artística, vinculada al entorno pictórico madrileño, que se conserva en el templo parroquial de la Asunción, de Pastrana (Guadalajara). La pintura, realizada para una colección particular de Albacete, se ha embellecido con un marco de pasta de madera, original de finales del siglo XIX.

Desde que fue bendecida en 1565, la Virgen de la Soledad del escultor Gaspar Becerra, destruida en 1936, fue objeto de multitud de copias que tuvieron como destino, en su gran mayoría, las parroquias de España y Latinoamérica. Algunas reproducciones eran esculturas, pero casi todas fueron pictóricas, destacando entre ellas por su gran devoción en Madrid la que luego fue conocida como Virgen de la Paloma o Virgen de la Soledad de la Paloma, también del XVIII.

 

 

Aryuna Mira

Esta deliciosa miniatura, típica del joven artista de origen colombiano, afincado en Madrid, es un lienzo de tan solo 12 x 9,5 cm que reproduce la iconografía de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, patrona de Colombia y Maracaibo entre otros lugares de Latinoamérica, probablemente el icono devocional de mayor difusión en los Andes.

La pintura original, de marcada inspiración española, fue realizada en el año 1562 y tiene por soporte un algodón conocido como "manta", vinculado con los planteamientos filosóficos y religiosos del pueblo muisca, indígenas de la región andina colombiana, cuyas pinturas y dibujos realizados sobre los tejidos o "mantas" tenían una importante función mística dentro de muchos de sus ritos. Es precisamente en ese entorno donde se crea la milagrosa imagen mariana de Chiquinquirá.

El pequeño simulacro que nos ocupa ha sido realizado igualmente sobre tela y en un diminuto bastidor. El autor plantea las figuras de igual forma que el lienzo original, verticales y a modo de una sacra conversación levemente esquemática, con San Antonio de Padua, la Virgen Del Rosario con el Niño Jesús en sus manos y San Andrés.

El marco ha sido realizado también por Aryuna Mira, quien ha empleado motivos de filigranas de plata del siglo XIX, coronándose la imagen mariana del Rosario de Chiquinquirá con una diadema metálica dorada y enriquecida con circonitas de color verde que han sido engastadas a modo de esmeraldas.

 

 

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