NUEVAS OBRAS DE PINTURA Y ESCULTURA SACRA

Con información de Sergio Cabaco y sus autores (22/03/2022)


 

 
 

 

Manuel Peña Suárez

Dibujo titulado Mater Dolorosa que recuerda los modelos de estampa del Barroco. El pintor sevillano muestra a la Virgen María sola tras la crucifixión, sentada, con los ojos alzados y las manos cruzadas sobre el regazo. En el pecho van clavados siete cuchillos como símbolo de la profunda aflicción que la embarga.

El pesado cortinaje del fondo descubre a la izquierda el Monte Calvario, con la cruz vacía y la escalera que los santos varones utilizaron para descender a Cristo. Todo el conjunto desprende una gran intensidad, sobre todo el rostro tan bello como acongojado de María, eje central de la composición.

 

     
     
 
     
     
 

 

Francisco Selfa

Escultura en bulto redondo de pequeño formato (mide 40 cm de altura) titulada Virgen de la Soledad, modelada en terracota por el joven escultor e imaginero cordobés, quien se ha inspirado en el espléndido prototipo granadino de José de Mora que se venera en la Iglesia de Santa Ana (Granada).

La obra formará parte de una colección particular. Está policromada al óleo, y posee como aditamentos postizos ojos de cristal realizados y pintados a mano, pestañas superiores de pelo natural y lagrimas de vidrio fundido, además de una peana realiza en madera a la que ha sido dada un efecto de marmoleado.

 

 

Jesús Zurita

Esta singular pintura, cartel anunciador del Vía+Crucis del Cristo de los Desamparados -magnífico crucificado de Juan Martínez Montañés que se venera en el convento sevillano del Santo Ángel de la Guarda-, se inspira en una carta del sacerdote mártir vietnamita Pablo Le-Bao-Thin. Una carta escrita desde la misma boca del infierno, con la que el religioso expresa todo el horror de un campo de concentración, pero que puede también extrapolarse a otras experiencias dolorosas.

Junto con un retrato de dicho crucificado de Montañés, la iconografía representada es el Descenso de Cristo a los infiernos, un pasaje que el pintor ceutí relaciona con el suplicio de Pablo Le-Bao-Thin, con el carisma carmelita que impregna la asociación de fieles que rinde culto al Cristo de los Desamparados y con el ejercicio público del Vía+Crucis que se realizará el próximo 2 de abril.

Tras morir clavado en la cruz, Cristo descendió al infierno transformando las tinieblas en luz. Al sacrificarse Cristo fue al infierno, cuya esencia era justamente la privación del amor, así como la separación entre Dios y los hombres. Pero allí donde llega Jesús, el infierno deja de ser infierno, puesto que Cristo es vida y amor, el puente que une al hombre y a Dios, y por eso mismo, también a los hombres entre ellos. Así, el descenso al infierno es al mismo tiempo transformación, pues ya no existe la última soledad.

Jesús conoció la muerte, como todos los hombres, y se reunió con ellos en la morada de los muertos. Pero descendió como Salvador proclamando la buena nueva a los espíritus que estaban allí detenidos. Abrió las puertas del cielo a los justos que le habían precedido.

Encontrarnos con la muerte de Cristo, caminar a su lado por la calle de la amargura cada Semana Santa es una forma de ver reflejada en el espejo de la sangre y el agua de su costado nuestra propia muerte, pero también nuestra firme esperanza en la resurrección y la vida eterna; por ello, del costado de Cristo manan, junto con la sangre y el agua, las semillas que florecen en los frutos de su pasión que nos alimentan.

No podía ser de otra manera en este año, después de tanta muerte y desolación, recuperar nuestras celebraciones litúrgicas en la calle como signo de superación de los males. Es, por tanto, un cartel lleno de esperanza, de la que se sobrepone a la muerte, de ahí que sea tan importante que, ahora que redoblan los tambores de la guerra que doblan a muerte, los cristianos defiendan en la calle, en mitad de la sociedad, el don más preciado que nos regaló y nos regala Dios, la vida.

El pintor agradece a Fray Juan Dobado la confianza y el trato cercano y afectuoso que le ha dispensado durante los dos años transcurridos desde que el cartel comenzó a gestarse hasta ahora que se ha concluido.

 

     
     
 
     
     
 

 

David Anaya

Imagen de San José para la capilla sacramental del templo parroquial de Nuestra Señora de la Esperanza, ubicado en el barrio malagueño de Mangas Verdes. Se trata de una obra de bulto redondo, realizada en barro cocido con paños estucados y estofados en oro fino. Mide 90 cm de altura.

El proceso de santificación de José también tiene su reflejo iconográfico en el detalle del nimbo que orna su cabeza -en este caso, cincelado por Orfebrería Castilleja (Sevilla)-, pasando de la ausencia de nimbo a la aparición de un nimbo poligonal que finalmente derivaría en uno redondo. Fotos: Alejandro Valle.

 

 

Ricardo Pueyo

Cartel anunciador de la Semana Mayor de Huelva editado por el canal local Teleonuba. Esta pintura del joven artista de Cantillana (Sevilla) es también portada de la revista tradicional que edita el canal de Azahara de Comunicaciones así como de la guía de bolsillo que se está repartiendo estos días.

Un cartel lleno de luminosidad, colorido y detallismo, como toda la disruptiva producción artística de Ricardo Pueyo. Unos detalles que, en este caso, aluden a la ciudad de Huelva, como el corazón de José Antonio Conradi, donado por Jesús Abades, que luce la venerada imagen de la Virgen de la Esperanza en su procesión.

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com