LUZ RENACIENTE, IMÁGENES RESTAURADAS

14/07/2013


 

 

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Gobierno del Distrito Federal y el Antiguo Colegio de San Ildefonso unen nuevamente esfuerzos para presentar la exposición Luz Renaciente, Imágenes Restauradas, una muestra que develará al público el mundo de la restauración, a través de los procesos que vivirán veintisiete obras de arte colonial, de más de tres siglos de antigüedad, provenientes de diversos recintos del estado de Chihuahua.

El objetivo de la exposición es concienciar a la sociedad civil sobre la importancia de preservar el legado artístico nacional, al ofrecer al público la oportunidad de observar los procesos de conservación y restauración que diez especialistas realizarán a veinticinco pinturas y dos esculturas novohispanas provenientes del Templo de San Miguel Tutuaca, el Seminario Arquidiocesano, el Templo de San Francisco de Asís, la Parroquia de San Francisco Xavier y el Museo de Arte Sacro, entre otros, del Estado de Chihuahua.

En el pasado, la restauración como tema de exposición ha sido poco abordada en México. Recordemos que fue en 1981, hace más de 30 años, cuando se presentó en el vestíbulo del Museo Nacional de Antropología e Historia del INAH, en el marco de la Asamblea General del Consejo Internacional de Museos (ICOM), una exposición sobre dicho tema, que puso el acento en los procesos de conservación y restauración realizados a las obras de algunas exposiciones exitosas que habían sido presentadas hasta ese momento.

La muestra Luz Renaciente, Imágenes Restauradas inicia recibiendo al visitante en el taller de restauración, creado ex-profeso para la exposición, un espacio poco exhibido hasta ahora, iluminado y equipado profesionalmente, y que fue realizado por el personal de San Ildefonso para la visita del público. Al entrar, hay dos líneas de monitores conectados a un circuito cerrado de televisión, que permiten ver, en tiempo real, los detalles de las intervenciones, a fin de que el observador tenga la oportunidad de apreciar el trabajo fino y minucioso de la restauración. Así, el visitante es testigo de los tratamientos que los especialistas aplican a las veinticinco pinturas y las dos esculturas. Como elemento complementario, en el taller se puede apreciar un cuadro infográfico de los procesos de restauración que se siguen para la pintura de caballete.

Al analizar el conjunto de las obras, los especialistas que realizaron el diagnóstico concluyeron que, además de su envejecimiento natural, la mayoría de las piezas artísticas, debido al abandono y negligencias, sufrieron improvisaciones empíricas que causaron, en algunos casos, daños irreversibles y faltantes irrecuperables, fundamentales para la investigación y la interpretación histórica de las mismas. Además, los objetos son testimonios, pruebas únicas que permiten hoy conocer a los hombres del pasado, de una determinada cultura y momento histórico. Son, finalmente, como los archivos históricos que ofrecen información valiosísima para reconstruir e interpretar el pasado de un lugar, una ciudad, un país, una religión, el propio quehacer artístico, cuya salvaguarda es cada día más una tarea irrenunciable y urgente que garantizará el legado a los futuros ciudadanos, dará sentido, pertenencia, orgullo y viabilidad.

En las dos salas siguientes están exhibidas las obras que ya fueron restauradas y las que aún no han sido tratadas en el taller. Cada obra intervenida en San Ildefonso cuenta con un registro que permite valorar el antes y el después del tratamiento. Van acompañadas de su historia clínica, en formato digital, en la que se explica paso a paso el estado en que se encontraba la pieza al llegar al museo, el desarrollo de su tratamiento, su proceso de recuperación y su integración final. Para presentar en estas salas las obras que aún permanecen en el taller, se colocó un sustituto a manera de tablero informativo, que contiene el diagnóstico, los tratamientos y el calendario de procesos de intervención.

A lo largo del recorrido de la exposición, que ocupa una superficie de 643 m², se puede identificar el por qué, cómo y para qué se recurre a la intervención de restauradores profesionales. El dinamismo en el diseño museográfico combina lo audiovisual y lo gráfico, para servir como guía de reconocimiento de las causas de deterioro y su tratamiento. El discurso museográfico concluye con dos videos: el primero presenta entrevistas con los actores principales que han participado en esta empresa de rescate del patrimonio artístico -representantes de las localidades, autoridades eclesiásticas y fundaciones como PROTEGO, que participaron en la gestión, localización, préstamo, traslado y acopio de la obra-, incluyendo también la opinión de los donantes y de las instituciones responsables que colaboran en este rescate; en el segundo vídeo participan los ejecutores de las intervenciones, los profesionales que analizan, describen y hacen el diagnóstico que garantiza un tratamiento bajo los criterios estrictos de la conservación; en él, los entrevistados exponen, desde su experiencia profesional, los diversos ángulos y perspectivas, así como los procesos y elementos específicos que cada especialista aplicó al intervenir la obra. Para finalizar, en esa misma sala, hay una sección con medios y aplicaciones electrónicas, en la que el visitante, de manera interactiva, podrá experimentar la realización de sus propios dictámenes, al observar e identificar las alteraciones o daños en una obra; esto con el fin de que cuente con los elementos que le permitan diferenciar entre la intervención espontánea de aficionados y la restauración profesional.

 

 

La exposición Luz Renaciente, Imágenes Restauradas presenta siete óleos sobre tela firmados: Crucifixión (1717) y San Francisco de Borja (hacia 1720) de Francisco Martínez; San Juan Bautista (1729) de Antonio Torres; Ecce Homo (1769) de Sebastián Salcedo; y Virgen de la Luz (hacia 1760), San Miguel Arcángel (hacia 1760) y Crucifixión (hacia 1760) de José de Páez. Los dieciocho óleos restantes son de autor desconocido. Además, las dos esculturas: un Manifestador o Tabernáculo (anónimo, siglo XVIII) de madera ensamblada y San Francisco Javier Arrodillado (anónimo novohispano, siglo XVII) en madera tallada, policromada y repintada.

Una vez restauradas, las obras retornarán a su lugar de origen con la finalidad de incentivar y afianzar la valoración del patrimonio y subrayar la importancia de trabajar en favor de la confianza entre las instituciones nacionales encargadas por ley del cuidado de los acervos y las comunidades que los cobijan.

Cabe destacar que para el montaje de esta exposición, el Museo Antiguo Colegio de San Ildefonso contó con un apoyo importantísimo. En el año 2012, el ACSI concursó y presentó el proyecto museográfico para la Solicitud para la Asignación del Beneficio a Proyectos de Inversión para la Producción de Pintura Nacional del INBA/CONACULTA, gracias a la cual se vio beneficiado con $1,700,000.00 M.N. (Un millón setecientos mil pesos 00/100) para la producción de la exposición.

La muestra Luz Renaciente, Imágenes Restauradas, que podrá verse hasta el 29 de septiembre de 2013, invita a la reflexión y al compromiso en la salvaguarda del patrimonio colectivo de México, para fomentar una actitud responsable en el cuidado del legado nacional, con acciones preventivas y la conciencia de las comunidades que custodian los bienes culturales del país.

La muestra ha sido posible gracias a la participación decidida de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural del CONACULTA; la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH; la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía Manuel del Castillo Negrete del INAH; el Instituto de Investigaciones Estéticas (IEE) de la UNAM; y el Seminario Arquidiocesano del estado mexicano de Chihuahua. Además del propio Museo de San Ildefonso.

Para lograr la restauración de las veintisiete obras de arte novohispano e incentivar la participación de la sociedad civil, San Ildefonso busca la colaboración del público en general, invitándolo a que se una a la campaña "Haciendo una buena obra", cuyo propósito es reunir un fondo, mediante la aportación de donativos, que permita devolverle el esplendor a este legado histórico colonial. Una labor trascendental emprendida por San Ildefonso, cuyo fin es preservar las huellas de la historia mexicana, plasmada en estas magníficas obras de arte; darlas a conocer, valorarlas, difundirlas y devolverlas a sus comunidades en condiciones óptimas para su cuidado, es razón suficiente para estimular el interés y la participación individual y colectiva.

Con esta iniciativa, San Ildefonso contribuye a la revalorización de los bienes culturales y refuerza su misión de promotor de la cultura local y universal, siempre respaldado por el interés y el compromiso de sus visitantes con la cultura. A la fecha, se han logrado generosas donaciones de la Escuela Alexander Bain y del Patronato del Antiguo Colegio de San Ildefonso. Los trabajadores del Museo apoyan la restauración del óleo Remate del Retablo de la Virgen de Guadalupe (Espíritu Santo, hacia 1700) del Seminario Arquidiocesano.

El Mandato Antiguo Colegio de San Ildefonso realiza diversas actividades que incentivan la donación: una alcancía fuera del taller de restauración permite que el público pueda aportar desde un peso; para montos mayores de $100.00 (cien pesos) el museo otorgará, en recuerdo de su aportación, un imán con la imagen de la campaña de recaudación. A partir de una aportación mayor a $500.00 (quinientos pesos) se dará un recibo deducible de impuestos. Si alguna institución, empresa o persona física está interesada en apoyar esta causa, adoptando el 100% del costo de la restauración de una pieza, en reciprocidad al gesto amable de los donantes, el museo incluirá en la cédula de exhibición de la obra los créditos correspondientes. El Museo Antiguo Colegio de San Ildefonso de Ciudad de México agradece el apoyo prestado por los medios de comunicación, los amigos del museo y el público en general en la consecución de los fondos necesarios para la restauración.

 

 

Dirección y horario: Justo Sierra, 16. Martes, de 10:00 a 19:30 horas; miércoles a domingo, de 10:00 a 17:30 horas.

 

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