Flagelación

La vuelta a la normalidad sanitaria está animando la reactivación de la actividad cofrade. Ello ha permitido que el escultor levantino Joaquín Mayans Ruiz haya podido presentar una obra realizada en tiempo de pandemia. Se trata de un grupo de la Flagelación compuesto por dos figuras, Cristo amarrado a la columna y un sayón azotador, ambas de tamaño inferior del natural (120 cm de altura), realizadas en terracota y policromadas al óleo. La obra es un encargo de la Cofradía de la Flagelación de Albatera (Alicante) para contribuir a la procesión infantil que se organiza en dicha ciudad. El Cristo está inspirado en el realizado por Salzillo para la cofradía murciana de Jesús en 1777 y por el de la Parroquia de Santiago de Albatera, atribuido al maestro murciano y destruido en la Guerra Civil. Jesús se inclina sobre una columna mientras cruza sus brazos en señal de aceptación del martirio. La pierna derecha adelantada le imprime dinamismo, mientras su rostro presenta una gran serenidad y una belleza propias de la escuela levantina. El cuerpo presenta diferentes marcas de los azotes, estando la espalda completamente lacerada y sangrante. Luce juego de potencias realizado en la orfebrería de Tallercito Cofrade de Antequera (Málaga). En cuanto al romano azotador, se muestra en pie con el brazo derecho hacia atrás para sujetar fuertemente el flagelo con ambas manos. Viste la indumentaria propia de los soldados romanos de la época, según las últimas aportaciones realizadas al respecto. Su gesto es serio en su rostro, y su cuerpo, en escorzo, permite dar movimiento y dramatismo a la escena.

San Roque

Por otra parte, la cercanía de la celebración del 612 aniversario de la aparición de San Roque en la localidad de Callosa de Segura (Alicante) ha animado a Mayans a realizar una imagen dedicada al santo siguiendo la iconografía clásica que lo representa como joven y vestido de peregrino, mostrando la llaga de la lepra en su pierna izquierda y acompañado por el perro que le llevaba el pan en la boca con que alimentarse. La obra es una recreación de la existente en el altar mayor de la Iglesia de San Martín de Callosa de Segura, de la que es patrón, obra del escultor valenciano Francisco Garcés Martínez (1965). Mayans la ha dotado de elementos diferenciadores como la mirada baja, cinturón con hebilla que ciñe la túnica, mayor adelantamiento de la pierna izquierda y el can situado también a la izquierda. La obra está realizada en terracota policromada y mide 95 cm de altura. Porta aureola labrada en los talleres Ultreya de Lugo. El destino de este santo tan popular es una devoción particular de la ciudad de Callosa de Segura, la cual desde el siglo XV le profesa gran devoción.