Nueva imagen de Cristo Rey en su Entrada Triunfal en Jerusalén para la cofradía homónima del municipio granadino de Guadix. Esta obra de Manuel Martín Nieto, escultor de Morón de la Frontera (Sevilla), sustituye a una pieza seriada de los años cincuenta adquirida en los talleres de Olot.

La efigie de Martín Nieto es de tamaño natural, labrada en madera de cedro real incluyendo la hechura de la popular "borriquilla" -tallada independientemente del Señor con el fin de poder ser montado y desmontado de la misma- y la peana sobre la que se asienta el conjunto.

La figura de Cristo se halla completamente anatomizada aun siendo una imagen vestidera, a excepción de los brazos que son esbozados y articulados. El autor ha querido plasmar sentimientos de dulzura y bondad en un rostro majestuoso e idealizado, caracterizado por la expresiva mirada de unos ojos color miel. Como es habitual en Martín Nieto la cabellera está afanosamente trabajada, siendo en este caso casi rubia, además de poseer una barba corta y no demasiado ancha para ampliar la visión anatómica del semblante.

El Mesías, con el torso suavemente girado hacia el lado izquierdo y la cabeza hacia el derecho para romper el estatismo, bendice al pueblo con la mano derecha mientras lleva la otra al corazón en señal de entrega al tiempo que sostiene las riendas del jumento. Martín Nieto ha querido cuidar también mucho la anatomía de los descalzos pies -venas, tendones y arrugas de la planta- con el fin de conferir el mayor verismo y naturalidad.

La burra ha sido estudiada del natural, con unas proporciones adecuadas para no restar protagonismo al Señor. La testa del animal, que desempeña un papel muy importante en este pasaje como introductor y acompañante de Jesús, muestra líneas simpáticas y agradables para los hermanos de la cofradía, muchos de ellos niños.