Este simulacro de tamaño natural (cada una de las figuras mide, aproximadamente, 165 cm de altura) responde a la iconografía más tradicional de las santas sevillanas Justa y Rufina, basada en la creencia de que las dos hermanas sostuvieron la popular Giralda durante un terremoto: "La torre de Sevilla/Se está cayendo;/Santa Justa y Rufina/la están teniendo", tal y como recoge el historiador Francisco Morales Padrón en su Diccionario Sentimental de Sevilla (Universidad de Sevilla, 1988). Dicha composición sacra fue popularizada por Bartolomé Esteban Murillo y Pedro Duque Cornejo en los campos de la pintura y la escultura, respectivamente.

Labradas en madera de cedro policromada al óleo, son tallas vestideras al estilo levantino: poseen anatomizados el busto, las manos, y las piernas desde la rodilla hasta los pies. Sus brazos son articulados. En palabras del artista moronense a La Hornacina: "Santa Rufina es más como las mujeres que cada día encontramos en las calles de Triana, mientras que Santa Justa se parece a una divina Virgen niña más idealizada; en realidad, ambas imágenes son muy idealizadas, pues salvo pequeñísimos detalles no responden a modelos del natural. Hay diferencias entre sus rostros, muy míos, pero también similitudes obligadas por su parentesco".

Han sido realizadas para recibir culto como titulares de la Parroquia de las Santas Justa y Rufina, templo situado en el popular barrio sevillano de Triana donde han sido hoy presentadas y bendecidas a las 20:00 horas. Sus ropajes los han confeccionado un grupo de devotas en el taller de costura de la parroquia hispalense de Nuestra Señora del Mayor Dolor (Barrio de La Barzola), bajo el diseño y la supervisión de José Antonio Grande de León. Respecto a los nimbos y palmas, han sido cincelados en alpaca plateada por Juan Borrero (Orfebrería Triana). La copia de la Giralda, también en cedro, corresponde al carpintero trianero Miguel Farse Díaz.