Se trata de las figuras de San Juan Bautista Niño y una oveja, las cuales han venido a completar su grupo escultórico de la Virgen del Dulce Nombre, Pastora de Almas, venerada en un oratorio privado de Jaén.

El arte de Martínez Rodríguez continúa la tradición clásica de la imaginería, mostrando hasta el momento un estilo que se mueve entre diversas corrientes escultóricas.

Varias de sus piezas, como este San Juanito que hoy les presentamos, ofrecen un notable acabado y un insistente empeño por el naturalismo y la plasmación de los más nimios detalles, aunque sin caer en la superficialidad al estar dotadas de un destacado cariz místico y emocional.

Si pulsan en la fotografía, podrán ver más instantáneas de la obra, tomadas en el taller del autor, en el oratorio y durante la procesión anual en las afueras de Jaén, la cual coincide con la festividad del Dulce Nombre.