La Real y Muy Ilustre Cofradía del Santo Sepulcro de Murcia ha estrenado una nueva imagen, obra del escultor jiennense Antonio José Martínez Rodríguez, que recupera la advocación del Niño Perdido, de larga tradición en la historia de la Cofradía, teniendo testimonios de su existencia desde finales del siglo XVI.

La iconografía del Niño Perdido hace referencia a la visita al templo de Jerusalén, que realizó la Sagrada Familia cuando Jesús ya había cumplido los doce años de edad. Cuando la Virgen María y San José volvieron a casa, comprobaron que el pequeño Jesús no estaba con ellos y regresaron a buscarle; le encontraron en el templo, sentado entre los doctores, a los que asombraba con su sabiduría.

Tal y como consta en las actas capitulares del Ayuntamiento de Murcia, según investigaciones de Vicente Montojo, el domingo 17 de enero de 1593 tuvo lugar la primera procesión del Niño Perdido en el Templo, que sacó a la calle la Cofradía del Santo Sepulcro y María Santísima Virgen de la Soledad.

Se pueden encontrar referencias de la celebración de la fiesta del Niño Perdido en otras cofradías de la Soledad, caso de Mula (Murcia), Lebrija (Sevilla) o Castro del Río (Córdoba), evidenciándose el paralelismo entre la pérdida y posterior hallazgo del Niño en el templo y el Sepulcro y la Resurrección de Cristo; siendo el Niño Perdido una prefiguración de los sufrimientos de la Virgen cuando Jesús fue enterrado en el Santo Sepulcro.