El joven artista acaba de entregar una copia del Santísimo Cristo de la Almoraima, una obra anónima del año 1603 que ostenta el patronazgo de Castellar de la Frontera (Cádiz), para la colección particular de la familia Carrillo, de la pedanía marinera de Palmones, integrada en el municipio gaditano de Los Barrios.

Manuel Jesús Márquez Real (Fuente de Cantos, Badajoz, 1984) llevó a cabo sus estudios de arte en la localidad pacense de Mérida, terminándolos en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, en el apartado de Restauración y Conservación de Obras de Arte. Ha realizado varios trabajos de restauración para la Casa Ducal de Medinaceli, en Sevilla, y varias imágenes de tamaño pequeño para particulares. Entre sus proyectos se encuentran dos figuras procesionales de misterio a tamaño natural para una hermandad de penitencia de su localidad natal.

El Cristo de la Almoraima fue encargado en Madrid por Beatriz Ramírez de Mendoza, Condesa de Castellar. En realidad, mandó hacer dos imágenes iguales: la citada de Castellar de la Frontera, y otra que se encuentra en la Iglesia de la Merced de El Viso del Alcor (Sevilla) bajo la advocación de Cristo de la Misericordias.

La copia de Márquez Real, modelada en barro cocido y policromado, mide 90 x 50 cm, incluyendo la cruz, y posee cabellera postiza y faldellín de tela al igual que el original. Ha formado parte de un altar callejero durante la pasada procesión marítimo-terrestre de la Virgen del Carmen, patrona de la aldea de Palmones.