El retablo mayor del antiguo Convento de Mínimos del municipio balear de Campos (Mallorca) ya luce de nuevo con sus colores originales, gracias a los trabajos de restauración que han llevado a cabo el equipo del Taller de Restauración del Obispado de Mallorca, encabezado por Antònia Reig.

Estos trabajos son fruto de la colaboración del Obispado y el Consell de Mallorca, en el marco de la Comisión Mixta para la conservación del patrimonio eclesiástico de la isla. La restauración ha sido posible gracias a los estudios preliminares y a las tareas de conservación preventiva llevados a cabo en 2017.

Además del retablo mayor, dedicado a San Francisco de Paula, el fundador de la Orden de los Mínimos, la restauración ha afectado a otros dos retablos laterales del templo, de formato más pequeño y también pertenecientes al estilo barroco mallorquín de los siglos XVII y XVIII: el retablo del beato Gaspar de Bono y el retablo del beato Nicolás de Longobardi, ambos seguidores de San Francisco de Paula.

La restauración ha sido efectuada parcialmente "in situ" ya que algunas piezas, cuya movilidad lo ha permitido, han sido intervenidas en la sede que tiene en Palma el Taller de Restauración del Obispado de Mallorca. Es el caso de las pinturas de los retablos laterales, tanto las principales como las del ático, y de las esculturas en madera policromada de los ángeles músicos que se hallan colocadas en el ático del retablo mayor.

Dicho retablo principal consta de una estructura arquitectónica compuesta por un cuerpo principal, dos calles laterales, ático y predela. Su restauración ha conllevado, por un lado, su limpieza, y por otro la reintegración pictórica de sus pinturas y de la policromía de su arquitectura.

También se ha procedido a la reintegración del dorado y la reintegración volumétrica con el fin de completar las pérdidas sufridas por el paso del tiempo. Para esto último se han utilizado moldes de silicona con el fin de reproducir los ornamentos vegetales originales y modelar en resina epoxídica los elementos faltantes de forma idéntica, los cuales, al igual que las reposiciones realizadas en madera, han sido estucados y policromados -y dorados, en su caso- siguiendo el estilo del retablo para que quede una visión estética unitaria del mismo.

Los trabajos en las esculturas de los ángeles músicos del retablo principal han consistido principalmente en la consolidación de sus estructuras, en su limpieza para eliminar la suciedad superficial y los barnices oxidados, y en su reintegración polícroma. Similar intervención ha recibido la imagen titular de San Francisco de Paula, a la que además ha habido que retirar numerosos repintes, sobre todo en la zona de las manos.

En cuanto a las pinturas de los retablos laterales, en óleo sobre lienzo, se ha procedido igualmente a su limpieza, así como a la reintegración del estucado y de las lagunas cromáticas. Además, han tenido que ser reenteladas para una mejor consolidación y conservación de las mismas.

Las once pinturas incluidas en el retablo principal, realizadas en este caso sobre tabla, también han sido sometidas a tareas de limpieza y de reintegración. En todos los casos de reposición cromática se han empleado materiales reversibles que se distinguen a corta distancia.