CAC Málaga presenta Tácitos y Sordos, primera exposición individual de Jerónimo Elespe (Madrid, 1975) en un museo, compuesta por una selección de pinturas de muy pequeño formato realizadas entre 2009 y 2011. Elespe, que reside entre Madrid y Nueva York, estudió Bellas Artes en la Universidad de Yale. Junto a su formación académica americana, el hecho de haber vivido doce años en Nueva York ha contribuido al desarrollo de la obra de este joven artista, que ha elegido la pintura como disciplina para plasmar su proceso creador.

Si bien los críticos han vinculado su obra a las grandes corrientes pictóricas contemporáneas, su obra recoge influencias dispares no siempre reconocibles a simple vista, que van desde la música de Daniel Johnston o los comics de Henriette Valium, hasta Chardin, Guston, Joan Mitchell o artistas asociados al minimalismo y al post-minimalismo, como Fred Sandback o Barry Le Va, así como referencias literarias específicas y constantes como Edgar Allan Poe, Jun'ichirõ Tanizaki o J.D. Salinger.

Jerónimo Elespe suele trabajar de noche, en quietud. Sus obras muestran una gran delicadeza con pinceladas cortas en tonos violetas, azules, grises o negros, condensados en un sutil horror vacui que encierra una atractiva tensión. Su producción minuciosa y poética, encuentra en la pintura el mejor medio para plasmar un personal modo de trabajar, basado en una lenta acumulación de retoques y aportaciones -pueden pasar años hasta concluir una de sus obras- que confieren a sus piezas un marcado sentido autobiográfico.

La muestra Tácitos y Sordos está compuesta por 35 obras toda ellas en óleo sobre aluminio de diminuto formato, variando entre 6 x 4 cm y 50 x 35 cm. Obras de exquisita factura que se funden en el muro con apenas un pequeño relieve. Si bien formalmente se distribuyen en la sala sin apenas volumen, cada pieza descubre un mundo repleto de referencias a su vida cotidiana que adentran al espectador en los ámbitos más íntimos y contradictorios del artista. Obras como Los Afónicos (2011) dan cuenta de estas referencias al hogar y lo doméstico y su doble capacidad para ser a la vez lugar de refugio y celda.

Paralelamente a la vida doméstica y sus diferentes arcos narrativos el otro polo en torno al cual gira la exposición es la vida en el estudio del artista y sus antagonismos y afinidades con lo doméstico. Obras como Trastero (2009-2011) o Inward (2010-2011) recogen ese espacio de trabajo que a la vez se alimenta de lo doméstico y lo niega, en una constante dicotomía que el artista usa como metáfora sobre el proceso creativo.

Si bien el punto de partida es siempre autobiográfico, vemos en obras como The Antipodal Room (2010-2011) y Venomous (imagen superior, 2010), personajes del entorno y la familia de Elespe que el pintor va modificando hasta construir un familia ficticia paralela. Esta misma libertad que se da Elespe para mezclar realidad y ficción también existe en la constante investigación y uso de muy diferentes lenguajes pictóricos en su obra. En Los Sordos (2008-2011) o en Chaih-Kah (2009-2011) se puede observar el lento proceso de anotación, casi a modo de diario abstracto, que sufren las obras en un devenir acumulativo durante meses o años en el estudio.

La exposición viene acompañada de dos breves videos como muestra del proceso de colaboración que viene realizando durante años con la cineasta experimental Chanatip Yodprachong. Al igual que las pinturas, los vídeos Howng Phapwaat (2011) y Kang Kohk (2011) funcionan a modo de diario y documentación de lo que ocurre alrededor del estudio del artista y del hogar. Aunque el principal interés de Jerónimo Elespe es la pintura estos constantes trabajos con la música y el cine experimental le sirven de imprescindible apoyo para evolucionar ideas de cara a su proyecto pictórico.