MIGRACIONES FORZADAS. ESPERANZA Y DOLOR

Susana Hermoso-Espinosa García (20/01/2020)


 

 

 

Migraciones forzadas. Esperanza y dolor es el título de la exposición que puede verse en la Escuela de Arte de San Telmo de Málaga (Calle Ejido, 3) hasta el próximo 30 de enero. Este proyecto es el fruto de una estancia de trabajo y de investigación de seis meses en las costas de Cádiz del artista Marc Montijano, que se inició en noviembre de 2018. Fecha en la que se cumplían 30 años de la aparición del primer cuerpo de un migrante en las costas españolas, de la primera muerte documentada.

No es la primera vez que este artista trata el tema de la inmigración. En 2013 realizó la acción "Welcome to Paradise (Bienvenido al Paraíso)". Y desde 2017 Montijano estaba trabajando sobre las migraciones con el proyecto "Mediterráneo", pero no es hasta que se traslada a Cádiz, para vivir in situ la situación, cuando todo se precipita y toma forma este trabajo.

El proyecto gira en torno a una tragedia puntual, que Montijano emplea como símbolo. El 5 de noviembre de 2018 naufragó una patera en la playa de Los Caños de Meca, en Barbate (Cádiz). Su embarcación chocó contra unas rocas a 150 metros de la orilla. En la patera viajaban 45 inmigrantes procedentes de Marruecos, según los supervivientes. La playa se llenó de restos de madera de pateras, vestimenta, calzado y de cuerpos. Día a día iban apareciendo cuerpos de inmigrantes fallecidos, hasta 23 cadáveres, en un goteo dramático.

Durante los seis meses siguientes a la tragedia, Marc Montijano fue recogiendo restos de naufragios en esa playa y documentándolos con fotografías, dibujos y textos. Producto de esa vivencia y con el material que iba recopilado, principalmente maderas rotas, de colores vivos o desgastadas por el mar, comenzó a elaborar las obras que componen la exposición (ver enlace).

 

 

El eje central de este proyecto es la pieza Hope and Pain (Esperanza y Dolor). Una instalación compuesta por 23 cruces en forma de aspa de diversos tamaños confeccionadas con restos de pateras devueltos por el mar. Podrían ser miles de cruces -se han contabilizado casi 8.000 muertos en treinta años en la Frontera Sur-, pero Montijano ha escogido el 23 para que no sea simplemente un número frío y distante. Quiere visibilizar y subrayar una tragedia, pero también humanizarla, más allá de los datos o cifras que nos insensibilizan. Esas cruces, una por cada persona fallecida en el naufragio del 5 de noviembre, remarcan su ausencia real, como símbolos de todos los migrantes que han fallecido y seguirán muriendo intentando llegar a Europa:

 

"Hope and Pain, es el fruto de un proceso reflexivo y maduro de investigación. No son obras de digestión fácil, es un proyecto duro. Para su elaboración he dedicado un año, seis meses en Cádiz y otros seis en mi estudio en Málaga. Son unas piezas cargadas de energía, porque están hechas con objetos reales, con una historia muy dura detrás. Hablan de valentía, de dolor, de esperanza y de supervivencia y, a veces, de falta de empatía y de poca humanidad. En un momento en el que el arte tiende cada vez más al decorativismo y a la superficialidad, reivindico el papel comprometido del artista. El artista como cronista de su tiempo, aunque sea un aguafiestas. Siempre he creído en el arte como herramienta social, planteo un trabajo que invita a pensar, una obra que no está ideada para que cuelgue en el salón de nadie, ni para obtener muchos likes en las redes sociales".

 

Montijano no plantea su trabajo desde el buenismo, ni la candidez. Es un problema sin soluciones fáciles. Con piezas como La frágil memoria del privilegiado o 23 almas, obras que podrán verse en la muestra, nos habla de la falta de empatía y personifican una tragedia, para alejarnos de la frialdad de los números.

Migraciones forzadas. Esperanza y dolor nos acerca a todas las personas que intentan llegar a Europa por la frontera sur y, en general, a todos los emigrantes que tienen que abandonar su tierra forzados por las duras circunstancias económicas, sociales o políticas en todo el mundo. Algo que, por nuestro pasado, deberíamos entender especialmente bien en España. E incluso por nuestro futuro. Si se cumplen las predicciones, "tal vez pronto todos seamos migrantes climáticos", como dice el artista en una de las obras que integran la muestra.

 

 

 

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