ICONOGRAFÍA DEL MAL. TAPICES DE LOS PECADOS CAPITALES

26/06/2025


 

 

Ayer se inauguró en la Galería de las Colecciones Reales (calle Bailén s/n, Madrid) la exposición Iconografía del mal. Tapices de los pecados capitales, una muestra que reúne por primera vez dos series excepcionales de tapices conservadas en Patrimonio Nacional y que podrá ser visitada hasta el próximo 28 de septiembre en el siguiente horario: lunes a sábados, de 10:00 a 20:00 horas, domingos y festivos de 10:00 a 19:00 horas.

Estas obras, encargadas en el siglo XVI, reflejan la maestría de Pieter Coecke van Aelst (1502-1550) y la importancia del arte textil en la monarquía española. Coecke van Aelst fue un pintor, dibujante y grabador flamenco, conocido por su trabajo como diseñador de cartones para tapices y su influencia en la difusión del estilo renacentista en el norte de Europa. Estos tapices, provenientes de las colecciones de María de Hungría (1505-1558) y del conde de Egmont (1522-1568), fueron adquiridos por Felipe II (1527-1598) y han sido testigos de siglos de historia, usos y reinterpretaciones.

Diseñados en la década de 1530 por Pieter Coecke van Aelst y tejidos algunos en los prestigiosos talleres de Willem de Pannemaker en Bruselas, estos tapices reflejan el esplendor de la tapicería de Flandes en el siglo XVI. La meticulosa técnica de los maestros flamencos, basada en la combinación de lanas, sedas e hilos metálicos, se enriqueció con las innovaciones del Renacimiento italiano, especialmente la monumentalidad y el sentido narrativo de los cartones para tapices con el tema de los Hechos de los Apóstoles de Rafael (1483-1520).

Estos tapices no solo decoraban palacios, sino que transmitían enseñanzas morales a través de composiciones dinámicas, donde se integran figuras alegóricas, carros triunfales y paisajes fantásticos. La riqueza cromática y el detallado diseño de sus cenefas, con inscripciones en latín y medallones con virtudes, refuerzan su mensaje moralizante. Su iconografía elaborada, inspirada en la tradición medieval y humanista, advierte sobre los peligros de los pecados capitales y exalta la virtud, reflejando la fusión entre el arte renacentista y la refinada tradición flamenca.

 

 

La muestra está organizada en dos conjuntos. Los seis tapices presentados pertenecientes a la serie del conde de Egmont siguen un orden tradicional de los pecados capitales: avaricia, pereza, ira, lujuria, gula y envidia. En cambio, los cuatro de la serie de María de Hungría adoptan la secuencia que la gobernadora de los Países Bajos dispuso en el gran salón de su palacio en Binche (Bélgica) durante la visita del emperador Carlos V y su hijo Felipe II en 1549: soberbia, gula, lujuria y pereza. Gracias a esta disposición doble, el espectador podrá comparar las diferentes narrativas visuales, así como comprender la evolución del pensamiento moral en el Renacimiento.

Complementando la exhibición, cinco unidades expositivas profundizan en la simbología de los pecados, la producción de estos tapices en Flandes, su llegada a España, su función dentro de la corte y su consideración en la época contemporánea. La revalorización de la tapicería real comenzó en el siglo XIX, cuando Alfonso XII impulsó su estudio y clasificación, consciente de su importancia artística e histórica. Una figura clave en este proceso fue Juan Bautista Crooke, conde de Valencia de Don Juan, quien promovió la publicación de catálogos y fomentó la exhibición de tapices en exposiciones nacionales e internacionales, dando visibilidad a estas piezas fuera del ámbito cortesano.

En el siglo XX, el interés por la tapicería histórica se consolidó con iniciativas de restauración y su integración en colecciones museísticas. Durante la Segunda República, el gobierno de Manuel Azaña Díaz planteó la creación de un museo de tapices y carruajes, un proyecto que, aunque no fue desarrollado, sentó las bases de la actual Galería de Colecciones Reales. A lo largo del tiempo, la investigación y conservación de estos tapices han evolucionado, asegurando su preservación y difusión mediante estudios especializados, restauraciones y exposiciones. En la actualidad, estas obras siguen siendo objeto de investigación, destacando su valor patrimonial y su papel en la historia del arte europeo.

Iconografía del mal. Tapices de los pecados capitales invita a reflexionar sobre el arte como vehículo de enseñanza moral y expresión de poder, al tiempo que destaca la excepcional conservación y estudio de estos tapices, fundamentales para comprender la historia del patrimonio textil en España.

 

 

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