ANSORENA. SUBASTA DE NAVIDAD

16/12/2023


 

 

La Subasta de Navidad (Subasta 433) de la casa Ansorena de Madrid (Alcalá, 52) se celebrará entre los días 18 y 20 de diciembre a partir de las 17:00 horas: el 18, pinturas y artes decorativas; el 19, de nuevo pinturas y artes decorativas, además de vinos, y el 20, joyería. Hemos seleccionado de entre sus interesantes lotes, cuatro pinturas antiguas, tres esculturas -dos grupos escultóricos del siglo XVIII y un retrato en bronce de Mariano Benlliure- y una pieza de orfebrería.

 

 

Anton Raphael Mengs

Mengs ejerció una gran influencia en el arte español y su huella se aprecia en la producción de varios pintores del círculo cortesano como Bayeu, Maella o el mismísimo Goya. Estuvo al servicio de Carlos III desde 1761 hasta su muerte en 1779 y como primer pintor desde el 22 de octubre de 1766. Su presencia en España se sitúa en dos etapas: una primera entre septiembre de 1761 y noviembre de 1769 y una segunda de julio de 1774 a enero de 1777.

La tabla (61 x 48 cm) que presenta Ansorena se relaciona formalmente con una de sus obras más emblemáticas: "La Lamentación sobre Cristo muerto" (Patrimonio Nacional), ejecutada en los dos últimos años de su primera estancia en España; una pintura que formaba parte de un ciclo realizado por el artista para la decoración del dormitorio de Carlos III en el Palacio Real de Madrid. Como puede apreciarse comparando las dos obras, esta Mater Dolorosa sigue puntualmente el mismo modelo que el de la Virgen de la "Lamentación". Muestra a María representada de busto con un gesto desgarrado por el dolor, la cara enrojecida y llena de lágrimas, dirigiendo su mirada al cielo con una clara actitud interpelativa. Lleva ceñida una toca blanca y porta un pañuelo ocre que le enmarca rostro y cuello, vistiendo una túnica grisácea que aparece cubierta por el espléndido manto azul.

Tal y cómo señaló Hornisch, esta pintura debe de ser la misma que, según el testimonio de Azara, perteneció a la colección de Antonio de la Cuadra, director general de Correos, quien encargó al propio Mengs su ejecución. Según Azara, el panel de madera poseía un marco ovalado y tenía unas dimensiones de dos pies y un dedo de alto por un pie y medio de ancho; medidas que coinciden exactamente con las de esta obra. Lamentablemente, su marco original se perdió a mediados del siglo XX en el momento en que cambió de propietario.

La composición de esta Mater Dolorosa de Mengs gozó de un gran éxito y prueba de ello es que el grabador Fernando Selma tomó el modelo para llevarlo a la estampación, aunque en dicha obra no se hace referencia al autor de la pintura original. Otro grabador, José Gómez de Navia, hizo una versión semejante, según el diseño realizado por José López Enguídanos, inspirado en la pintura original.

Mengs pintó una segunda versión para el arquitecto Francesco Sabatini (30 x 30 cm) con un formato cuadrangular. Honisch identificó a la pintura de Sabatini con una localizada en la Real Academia de la Historia de Madrid y que también es réplica parcial del modelo que aparece representado en la "Lamentación" del Palacio Real de Madrid.

 

 

Anton Maria Maragliano

Maragliano dirigió un importante taller que produjo un gran número de esculturas religiosas representando madonnas, santos y escenas narrativas de la Biblia, que se conservan en iglesias y santuarios en toda Liguria, además de en España (Cádiz). También creo con destino a las "casacce", las cofradías genovesas, estatuas y crucifijos para llevar en procesiones los días de fiesta. Su hijo Giovanni Battista Maragliano continuó con el taller hasta su muerte. Entre sus discípulos se cuentan también los hermanos Francesco y Pietro Galeano, y Agostino Storace.

Este Descendimiento de Cristo, de pequeño formato (mide 90 cm de altura), es obra de taller y está formado por tres bloques escultóricos frente a una cruz: María Magdalena y María Cleofás (o María Salomé) a la izquierda, San Juan Evangelista sosteniendo el cuerpo muerto de Jesús en el centro y José de Arimatea subido a una escalera a la derecha. Ha sido realizado en madera tallada, dorada y policromada.

 

 

Giampetrino

Todavía existen muchas dudas sobre la personalidad de Giampetrino, pero parece probable que se trate de Giovanni Pietro Rizzoli y que fuera uno de los discípulos de Leonardo en su segunda estancia milanesa (1508-1513), anotado como Gian Petro por el propio Leonardo en una lista de sus colaboradores. Dentro de los "leonardeschi", Giampetrino fue los alumnos más aventajados y gran difusor del estilo del maestro por toda Lombardía, debido a su amplia, aunque desigual producción, ya que realizaba numerosas versiones de la misma obra con participación de taller.

En este caso, esta tabla inédita, se encuadra dentro de las obras de más alta calidad y belleza del pintor, comparable a nivel técnico con otros como "La Muerte de Cleopatra" del Louvre o el "Cristo portando la cruz" y la "Salomé" de la National Gallery. Todas estas obras, incluyendo este Ecce Homo, debieron realizarse entorno a los años 1510-1530 y presentan muchas similitudes entre ellas, como la presencia de un modelo principal de gran belleza y serenidad, con unos impactantes ojos claros, en contraste con los personajes que surgen del fondo oscuro, típicos de Giampetrino, de fisonomía más grotesca. Estos tipos y contrastes son característicos en la obra de Leonardo, al igual que el modelado con el sfumatto, que Giampetrino imita. En cambio a diferencia de Leonardo, suele utilizar unos colores más brillantes, especialmente en los ropajes de los personajes, como se puede ver en el rojo y el verde de esta tabla y sus obras, en general, carecen del trasfondo psicológico e intelectual del maestro.

Se conoce al menos una versión similar a este Ecce Homo conservada en el Museo de Bellas Artes de Nancy, en la que la figura de Cristo se encuentra en la misma posición, y sentando en el mismo trono de madera, aunque está obra carece de la figura del sayón en el fondo. Es probable que Giampetrino usara plantillas de cartón para las figuras principales, por eso se repiten en muchos casos. Las medidas, en este caso, son las siguientes: 74,5 x 57,5 cm.

 

 

Belén napolitano

Obra del siglo XVIII realizada en madera tallada y policromada, terracota policromada, tejidos, etcétera. Compuesto por el misterio, los Reyes Magos, angelotes, putti, querubines y figuras de Nápoles, entre las que hay pastores, artesanos, músicos y personajes nobles caracterizados con diferentes ropajes, además de animales, frutos, alimentos, etcétera.

Todo ello se halla enmarcado por varias arquitecturas. La calidad, buena conservación y cantidad de elementos que conforman este nacimiento lo dotan de especial importancia. Puede compararse con el Belén napolitano conservado en el Museo Nacional de Escultura (MNE) de Valladolid.

 

 

Pedro Orrente

Orrente es una figura trascendental en el desarrollo de la pintura naturalista en Murcia, Toledo y Valencia. Sus obras, influenciadas por el estilo de los Bassano, muestran una pincelada suelta y un colorido a la veneciana como se aprecia en esta composición de la Asunción de la Virgen (óleo sobre lienzo, 147 x 79,5 cm) que presenta unos modelos similares a los que realizó el pintor en el desaparecido retablo mayor de Villarejo de Salvanés (Madrid).

 

 

Mariano Benlliure

En el panorama de la escultura española de finales del siglo XIX y principios del XX, la figura más sobresaliente fue la de Benlliure. Su producción se caracteriza por su sentido narrativo, minucioso y realista, rompiendo definitivamente con el idealismo de los escultores de la generación anterior. Cultivó una variada temática en la que se encuentran motivos taurinos, imágenes religiosas, tipos populares, monumentos conmemorativos y excelentes retratos, como el que aquí se muestra y que representa a Gregorio Chaves (1855-1905).

Chaves fue un eminente médico y académico argentino que publicó numerosos trabajos científicos adquiriendo una gran reputación a nivel mundial. La obra debió de ser fruto de un encargo, pues Benlliure siempre mantuvo una buena relación con la representación argentina en Madrid, y su fundición se realizó en la Metaloplástica Campins y Codina en Madrid, a finales de 1908, tal y como está documentado en el libro de registro de dicha fundición.

Está representado de medio cuerpo, con gesto adusto y llevando en sus manos un tratado de medicina de Thomas Sydenham, considerado el "Hipócrates inglés", en el que se encuentra el caduceo de Mercurio aludiendo a su profesión. Su busto reposa sobre una base ornada con los laureles de la fama que llegó a alcanzar en vida y en cuyas esquinas figuran las cabezas de Minerva, diosa de la sabiduría y las artes, e Hipócrates, considerado el padre de la medicina.

Ansorena agradece la ayuda prestada en la catalogación de este lote a la Fundación Mariano Benlliure y muy en particular a doña Lucrecia Enseñat Benlliure. Medidas: 90 x 70 x 60 cm.

 

 

Bartolomé Esteban Murillo

El tema iconográfico de esta pintura, representando a El Niño Jesús dormido sobre la cruz, gozó de una enorme difusión durante el siglo XVII porque combinaba perfectamente, en una misma imagen, la candidez y la ternura del Divino Infante con el sentimiento trágico que anticipa la cruz sobre la que descansa y que sirve de preludio de la futura Pasión.

Murillo creó un prototipo que gozó de un enorme éxito y este hecho provocó que se realizasen diferentes réplicas en su taller como la que aquí se muestra, destinadas en su mayor parte a domicilios particulares, donde, aparte de su belleza decorativa, ofrecían incentivos para su admiración y cariño hacia la inocente figura del Niño Jesús dormido, al cual se consideraba protector de los niños de la casa.

La presente obra fue pintada al óleo sobre lienzo con unas dimensiones de 42 x 61 cm. Según informe de Enrique Valdivieso, puede considerarse una creación de Murillo con la colaboración de los ayudantes de su taller y repite el modelo autógrafo que se conserva en la Colección Wernher en Lutton Hoo (Inglaterra).

 

 

Pedro Antonio Carabelos

Cruz procesional en plata en su color y plata "vermeille", con contrastes de la ciudad de Tuy y del platero. Tipología de cruz griega con gran cuadrón central, del que parten rayos destacando la figura de Cristo crucificado en anverso y San Pedro en reverso. Mide 94 cm de altura y tiene un paso de 4,325 kg.

Los brazos, de remates polilobulados, muestran figuras de los Padres de la Iglesia en el anverso y santos o apóstoles en el reverso, realizadas en relieve entre motivos florales. Decoración de volutas de acanto, tornapuntas, etcétera. Macolla rectangular de remate cupuliforme, con borde de crestería, y figuras de los evangelistas, en reservas de rocalla.

 

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